lunes, 10 de abril de 2017

BDSM: El porno y el BDSM



La gran mayoría de los que leeréis este artículo ven o habrán visto porno en su vida. No sólo el clásico cambio de canal a esas películas de la televisión de pago que nos han chocado a las 3 de la mañana, sino una búsqueda activa en pos de ese video sobre esa categoría específica que nos pone tanto.

El BDSM, por supuesto, no es ajeno al porno. Si bien lo llevamos bastante al extremo y la mayoría de la gente lo consume como algo natural, hay que fijarse bien en la miríada de clases que lo ven (o no lo hacen) y los problemas que ello trae.

Un pocentaje alto de los consumidores de la escena ven exclusivamente porno relacionado con el BDSM, lo que a su vez tiene connotaciones buenas y muy negativas.
Las buenas son el aprendizaje y el descubrimiento de técnicas o prácticas. Yo mismo he descubierto muchas cosas que poder hacer gracias a esta clase de videos, pero no hay que dejarse influenciar pensando, como si adolescentes virginales fuésemos, que todo lo que vemos en el porno es algo que tenemos que realizar.
Las negativas, que son mucho mayores, se representan en prácticamente todos los videos comerciales de BDSM (o bondage en concreto) que se puedan encontrar en portales comunes de porno como pornhub, redtube, xvideos....
Estas son más que obvias puesto que los videos reflejan únicamente la faceta sexual de la comunidad, que, aunque sea una de las visiones más comunes, no deja de ser sino la visión de la dominación física sobre una persona.

Es fácil caer en estereotipos y prácticas insanas cuando ves a una pareja a quien pagan para realizarlas. Y es gracias a dichos estereotipos que nuestra escena y comunidad goza de tan mala reputación.
Machismos, violencia innecesaria, carencia de aftercare, utilización de herramientas y juguetes de formas poco placenteras... todo eso se puede encontrar en el video medio de BDSM en el porno.
Obviando casi por completo la carencia del apartado mental y/o sentimental en una relación sexual casi siempre encontramos un mete-saca descerebrado en una mazmorra de cartón-piedra.

Hay que evitar pensar que el BDSM es eso.

Si lees esto es altamente posible que te atraiga el sexo "BDSMero", por lo que es también posible que a estas alturas ya sepas que no a todo el mundo le gusta lo mismo. Mientras a unos les gusta la asfixia erótica a otros sólamente les gustan las cuerdas, cuando a unos les atraen los juegos de rol e intercambio a otros únicamente les atrae los juegos de poder.
Con una miríada tan compleja de roles, prácticas, técnicas y fetiches es complicado encasillar todo lo que nos atrae en una sola categoría y rara es la ocasión en donde haya visto un video de "buen gusto" en el que crea que se aplican la etiqueta y la técnica por partes iguales.

Los videos amateur suelen tener una de cal y otra de arena respecto a este artículo. Si bien entra dentro del poder de los que se graban mostrar lo que deseen por el placer de ser mostrado (o en raras ocasiones, pagado), el vislumbrado de otros videos más "comerciales" hacen que tiendan a recrear esas escenas como si de un manual se tratara.
Pero también los hay con gusto, donde muestran sentimiento, verdadera dominación, voces de control, cabezas frías y calientes al mismo tiempo. Estos videos pueden ser infinitamente más excitantes aunque no posean intérpretes que sepan de ángulos de cámara o sonido.
Por supuesto que el rodaje de videos amateur no es materia de todos y debería ser consensuado entre los integrantes del mismo (en caso de que alguien que lea esto se lance a la fascinante materia del exhibicionismo virtual).


Resumiendo: no os dejéis engatusar pensando que el BDSM tiene que ser como el porno porque, como con toda relación sexual, poco tiene que ver. Si queréis porno de calidad, hacedlo a vuestra manera con una cámara delante, aunque sólo sea para verlo vosotros.

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