miércoles, 28 de diciembre de 2016

martes, 20 de diciembre de 2016

El acento madrileño (no) existe


De sobra es conocido que los madrileños no tenemos acento, ¿verdad? ¡Pues no! Tenemos un acento bastante peculiar cuando se trata de compararlo con otros más reconocibles como el vasco, el gallego o el andaluz.

Por mucho que lo negemos tenemos ciertas coletillas que nos reconocen doquier vayamos en España. Un claro ejemplo es nuestro don para transformar la "D" del final de cualquier palabra en una "Z". Irónicamente eso le cambia el nombre de la capítal en la que vivimos para que sólo nosotros podamos reconocer a los nuestros. Madriz es capital de España de toda la vida de Dios.
Si no me creéis probad a preguntar algo para que os contesten Madrid, pared o similares palabras.
De la misma forma somos demasiado proclives a sustituir la "S" por la "J" en expresiones como "es que...".
Siempre he encontrado gracioso cuando lo decimos sin darnos cuenta y luego apelamos a la razón humana para explicar que no tenemos acento.

Nuestros infames "laísmos" y "dequeísmos" son nuestra muletilla de presentación de cara a la gente de fuera, porque hablamos de una forma correctísima y el resto comete estos errores, obviamente.
Aunque bien debo admitir que el dequeísmo está de capa caída y ahora sólo se encuentra en la población más mayor de Madrid.

Mucho de nuestro característico acento se lo debemos a nuestras expresiones y coloquialismos. Dándonos un aspecto de chulería, picaría y egolatría, las expresiones como el "mola", el "tronco" o el "tío/a" nos caracterizan como el que más.
Nuestro acento tiene otro matiz, y es que es un acento evolutivo con las generaciones. Cuando el seseo andalúz se ha mantenido en la comunidad durante un par de siglos (gracias a los señores "cultivados" que lo introdujeron), en el acento madrileño hemos ido cambiando con el paso de las eras evolucionando nuestros insultos al igual que nuestros vulgarismos y coloquialismos.
Hemos pasado por palabras tan infames como el "dabuten", el "tequi/peseta", el "colegui" o el "chachi" (el cuál sigo usando más de lo que debería, lo reconozco). Nuestra jerga ha cambiado de una década a otra, aunque ahora gracias a internet parece que se ha quedado algo estancada.

Una de las más notorias y extendidas palabras que se le atribuyen a nuestro acento es "gilipollas", una historia sobre política y alta sociedad que bien podría haberse sucedido a día de hoy y que me hace gracia recordar de tanto en cuando.
Los insultos son parte del día a día de un madrileño. Aunque rara vez se usen bajo su propósito original, hacemos uso de ellos de forma cotidiana y en casi cualquier situación.
No es raro que te saluden con un "¿Qué pasa, capullo?" o te digan un "menuda mierda llevo".
Gran parte de nuestra riqueza lingüistica radica en rebajar a un estado social de borracho callejero a quien sea el que hable.

Sin embargo tendemos a ser respetuosos con nuestros mayores, usando los artículos formales con ellos y sin dirigirnos con nuestra expresividad juvenil a ellos, como si dijéramos que nuestra lengua está dividida en los mismos estratos temporales que definía antes.

Aunque nuestro acento sea casi imperceptible para nosotros mismos, está más que presente en nuestra locución, fonética y expresividad. Y os aseguro que cualquier persona ajena a Madrid sabrá reconocernos.


P.D.: Como madrileño debo decir que este artículo es falso. Yo NO tengo acento.

sábado, 17 de diciembre de 2016

BDSM: Introducción X, Cómo introducir a tu pareja al BDSM


No es un hecho sencillo el comenzar a adentrarte en este mundillo y encontrarte con que la persona con la que has comenzado ha llevado una vida vainilla a lo largo de su existencia.
Al ser así es lógico y comprensible que en ti surja cierta frustración. Aún con todo debe entenderse la forma en la que la pareja funciona.

El BDSM es una forma de pensar, una cultura y una filosofía que no está diseñada para todo el mundo.
En algunos casos puede ser que tengas que renunciar a las prácticas que realizabas porque tu pareja no es partidaria de ellas (lo que espero no os suceda). En otros, se pueden llegar a acuerdos de relaciones abiertas apelando al sentido de la aventura que ofrecen.
Sin embargo, si tu pareja posee la mente adecuada, puede optar a iniciarse en las prácticas.
De ese caso es del que hablaré aquí. De cuando tu pareja tenga curiosidad sobre el BDSM y tengas que introducirla poco a poco.

Es importante tener en cuenta que es un camino duro y largo (¡já! Chiste fácil), pero si se domina la práctica, independientemente de cuál sea tu rol, podrás encontrar alguna forma de iniciar a tu pareja.

Lo primero y más importante es derrocar cualquier preconcepto que tenga sobre el BDSM. Muchas veces he oído de gente que nunca lo ha practicado que es sólo algo lleno de violencia, gusto por el dolor, enfermos mentales, etc... (de eso ya hablé largo y tendido en "mi manifiesto"), por ello es imprescindible que le indiques que no es así en absoluto.
Para ello bien puedes usar tu propia visión del BDSM o referirle a este blog, donde siempre he tratado de ofrecer una visión subjetiva sobre las distintas facetas y prácticas que se involucran en nuestra cultura. Háblale de tus deseos, de la seguridad inherente al movimiento, de las prácticas que te gustaría realizar... cuéntale todo pero procura no sobrecargar la conversación con ideas y fantasías propias, recuerda que esa charla es para la otra persona, no para ti.

La paciencia es algo que tendrás que cultivar, puesto que rara vez se da la ocasión de que le descubras un mundo nuevo que quiera explorar. A menudo tarda su tiempo en llegar a mantener una relación D/s, pero se puede alcanzar. Las dificultades que habitualmente se presentan en estos casos es la falta de experiencia y la timidez/vergüenza a realizar ciertas cosas.
Explora junto a tu pareja fantasías que tenga y asegúrale que no tiene porqué temer que le censures o le juzgues. Todos tenemos fantasías sin realizar, fetiches o filias que no solemos contar y se quedan ocultas en lo más profundo de nuestro historial de internet.

Empezar poco a poco es casi imperativo para construir una base de la que avanzar. Realizar algunas prácticas de bondage ligero puede ser un comienzo, de hecho suele ser el comienzo de muchos de nosotros. Ataduras simples al cabecero de la cama, a una silla o entre sí, pueden dar una oportunidad de conseguir que alguien se desate metafóricamente (porque literalmente iría en contra de los principios a menos que sea brat, por supuesto).
Si habéis tenido una relación más romántica podéis optar por la vía sensualista. Tener una habitación iluminada sólo por velas, atar sus muñecas con cintas, tapar sus ojos y hacer o dejarse hacer es un comienzo de algo que sigue por ataduras más complicadas, gente de rodillas, gritos, arañazos y, muy posiblemente, mordiscos.

Es innegable que los Dominantes suelen tener más éxito en volver a alguien sumiso que al contrario. En el ámbito sexual es más sencillo decirle a alguien lo que quieres que haga a tener que decirle a alguien que haga lo que quiera porque los Doms tienen que tener una mente clara y sin dudas sobre lo que desean, algo que no se suele dar cuando se lo impones a tu pareja por primera vez.
Si el caso es que seas sumiso y te gustase que tu pareja fuera Dominante, toma cierta iniciativa. Es complicado que alguien que se inicia te ate como deseas. Pero sigue habiendo formas de sumisión más simples que le darán una muestra de lo que podría llegar a ser.
Vibradores con mandos remotos es un buen ejemplo. Darle el mando en un sitio público como una quedada con amigos o una tarde de compras le da el poder de elegir cuándo disfrutarás.
Si no te gustan los vibradores, puedes tirar por el camino de la seducción a través de fotografías o videos (recomendado sólo si confías plenamente en tu pareja, aunque es algo que sobreentenderé si estás leyendo esto). Seguir este camino puede resultar algo caótico por tener resultados más orientados a la masturbación que al juego en sí, pero se puede implementar en la cama perfectamente diciéndole que quieres verte mientras lo hacéis.

Una última práctica de ejemplo bastante común son las tareas. Si bien es una práctica de entrenamiento plenamente incluida en una relación D/s también pueden ser usadas para convencer a tu pareja de dar un paso más.
De nuevo tendrás que tomar la iniciativa si eres sumiso y declarar qué cosas estás dispuesto a hacer. En estos momentos la negación de orgasmo suele ser ampliamente útil.
Imaginemos un escenario en donde una sumisa (+) está hablando con su pareja, un potencial Amo (-), mientras se está masturbando:
-"Sigue, dime qué cosas me harías".
+"Me encantaría lamerte tal y como estás ahora. No dejar nada sin que mi lengua lo recorriese".
-"¿Entonces quieres comerme? ¿Sólo eso?".
+"Nooo, quiero que me comas, que me arañes, que me empotres contra la pared y me hagas tuya...".
-"Quiero ver cómo me comes, disfrutar de tu boca, tus manos, tu cuerpo entero... Deseo verte entre mis piernas, debajo de mí gimiendo y gritando cada vez que me muevo, cada vez que acelero".
+"Oh, Dios, me pones tanto... déjame que me corra, por favor. Dime que quieres que termine ahora mismo mientras te leo".
-"Córrete. Ahora mismo".

Como puedes ver en este cutre entremés twittero, ella le ha dado poder sobre su orgasmo. Una simple acción que muestra que él ha tenido el control sobre ella en ese instante tan importante, que no ha pensado en nadie ni nada más que él.
Obviamente los sexos son irrelevantes en algo así y se puede realizar en cualquier combinación que se desee.

Entre otras de las tareas "inocentes" que se pueden utilizar para potenciar la curiosidad sobre el BDSM se encuentran las órdenes de vestimenta, las cuales son válidas para Doms y subs (pídeme que me ponga/ponte). Las tareas son algo intrincadas porque tienes que tener ciertos conocimientos sobre las fantasías y la personalidad de tu pareja, esperando saber cómo reaccionará a lo que dices.

Aunque si bien esto podría considerarse de alguna forma una clase de manipulación debemos recordar que tiene que ser un acuerdo tácito entre ambos. Tu objetivo NO es convertirlo en lo que tú quieres que sea. Tu objetivo es abrir sus horizontes y hacerle ver cosas que antes no había visto, como uno podría hacer con un nuevo género musical o una película a la que nunca le dió una oportunidad.


Lógicamente todos estos avances dentro del plano sexual están orientados como una introducción al plano físico de una relación D/s. En muchos y múltiples casos se suele quedar sólo en "el dormitorio", cosa que es completamente válida. Si por el contrario estás buscando algo más significativo y completo, tendrás que construir esa relación partiendo de la base que acabas de establecer.

No hay un orden particular para convencer a alguien de que pruebe estas cosas, principalmente porque tiene que ser la otra persona la que tenga la voluntad de querer probarlo. Deberás incluir mucho de tu instinto, experiencia y conocimientos en tu senda hacia la gloria. Recuerda comentarlo todo desde un principio y aceptar el destino que te espere puesto que es más que posible que haya muchos de tus deseos que no vayan a ser aceptados.

Quien no arriesga, no gana.
Y si estás leyendo esto buscando una respuesta a tu dilema de pareja: Buena suerte.

domingo, 11 de diciembre de 2016

BDSM: Sumisos, su poder en la relación



Como he dicho en varias ocasiones a lo largo de este blog, la sumisión es también un papel de poder.
Mucha gente, sobre todo aquellos que se están iniciando, toman el sentido equivocado de la palabra y piensan que tener un rol sumiso implica obedecer en todo a tu Dom y cumplir todos sus deseos.
No hay nada más lejos de la realidad.

La sumisión es un rol complementario, pero no es algo deshumanizador (a menos que eso sea lo que te atraiga, por supuesto). Es sencillo dejarse llevar por el sentimiento de querer complacer y llegar a realizar cosas que no te gusten sólo por el mero hecho de contentar a tu pareja, pero eso es un comportamiento que debería evitarse a toda costa.

En varias ocasiones me han venido sumisas a preguntarme cómo le podían decir a su Dom que había cosas que no les gustaba hacer sin que pareciera que se oponían a sus deseos. Mis respuestas a dichas dudas bien eran "díselo inmediatamente" o "si no lo acepta, déjale". No hay un término medio puesto que las relaciones D/s se basan en una comunicación constante y evolución conjunta.

Si bien es cierto que los límites están por algo y disponemos de las palabras clave, es sorprendente la cantidad de sumisos que no los usan por temor a una represalia peor que el acto en sí, como el abandono de la relación o el temor a que el sexo dé "un paso atrás".

En esos momentos debéis comprender una cosa: NO sois un juguete. Poseéis un control igual al de vuestro Dom que permite controlar los juegos como él. Y, en el fondo, debería rendirse a vuestros deseos de la misma manera que vosotros os rendís a los suyos.

La sumisión tiene un papel bastante claro, pero no es un papel desprovisto de poder en absoluto.
Un sumiso debe darle a su Dom unas pautas que seguir, unos límites que no debe cruzar y otros que le gustaría experimentar. El consenso sobre qué es tabú y qué no debe ser algo claro.

Eso es algo que da poder en una relación.

Puedes desear sus mimos, cariño o atención. Puedes desear que te asfixie mientras te acaricia. Que te muerda o que te degrade.
Pero en el fondo ¿no son esos tus deseos propios? El Dom debe ser un artífice de esos deseos, alguien en quien la confianza depositada da beneficios sustanciosos en forma de placer y cariño a partes iguales.
Cualquiera puede meterla y sacarla a X ritmo, pero follar una mente es algo sumamente complicado que requiere de cierta conexión previa, aun siendo el polvo más casual del mundo.

Se puede dar el caso, si estáis comenzando, que no conozcáis dónde están vuestros límites y queráis experimentar las bondades del BDSM. Siendo así debéis ejercer algo de precaución porque estáis a disposición de vuestro Dom o Domme. El establecimiento del "código de luces" (verde, amarillo o rojo según el nivel de angustia que tengas) es recomendado, al igual que la sempiterna palabra clave.
Lo único que puedo decir en momentos así es que confíes en tu pareja y tengas claro qué es lo que NO quieres, dejando el resto en una suculenta incógnita.


Sea como sea tu relación de sumisión de cara a otra persona recuerda que siempre poseerás el poder de detenerlo cuando lo desees. Al igual que tu contraparte Dom tendrá el poder de presionarte y llevarte a la entrada de tus límites.

martes, 6 de diciembre de 2016

Cine: El Fantasma del Paraíso de Brian de Palma (1974)



Título: El Fantasma del Paraíso
Título original: Phantom of the Paradise
Año: 1974
Nacionalidad: EEUU
Género: Musical, Fantasía, Terror
Duración: 92 Min.
Director: Brian De Palma
Intérpretes: , , , , , ,

 Perfiles: