lunes, 27 de febrero de 2017

Cómics: Mis mangas favoritos menos conocidos I


Este será un artículo único porque no introduciré mucho manga al haber decenas de páginas y foros donde encontraréis mejores recomendaciones que las mías.
No obstante trataré de resumir como mejor pueda las series que leo o he leído a lo largo de los años, ya fueran en inglés o en español.

Al no ser una página de enlaces no pondré ningún link de venta o descarga, pero estoy bastante seguro de que si os ponéis a ello podréis encontrar la mayoría en unas cuantas páginas.

Debo añadir que soy un fan grande del "seinen", también denominado "manga adulto". Estos mangas se suelen caracterizar por tener tramas complicadas o elementos adultos (como violencia explícita, sexo, drogas o esa clase de cosas). Habrá bastantes "shonen" pero tened en cuenta mis preferencias a la hora de buscar cosas nuevas.

Empezaré por el que considero uno de mis mangas y animes favoritos: Hellsing.

Título: Hellsing (en original también)
Autor: Kōta Hirano
Género: Sobrenatural, Historia, Acción, Sangre (mucha)
Estilo: Seinen (violencia gráfica)
Año: 1997-2008, 10 volúmenes
Estado: Completa

Sinopsis: En la Inglaterra protestante existe una orden especial de caballeros donde se dedican a buscar y destruir a las criaturas sobrenaturales que acechan la Gran Bretaña actual.
Bajo las órdenes de Integra Hellsing, descendiente de Abraham Van Helsing, la Sagrada Orden de Caballeros Protestantes posee a su servicio a la mejor arma para luchar contra estas criaturas: el vampiro Alucard.
Sirviendo sólo a Integra, obedece sus órdenes sin perder ni un atisbo de lo que un auténtico vampiro puede ser.

Pronto empiezan a surgir vampiros menores, creados artificialmente mediante tecnología, que ponen en jaque con atentados y asesinatos a Inglaterra. Hellsing deberá encontrarles y darles caza. Y Alucard lo está deseando.


Opinión: Hellsing es un manga con alto contenido adulto, puesto que el autor comenzó su carrera de mangaka como un dibujante de hentai e incluso empezó esta misma serie bajo ese género.
El manga mezcla unos muy buenos escenarios con una historia que puede atrapar a todos los aficionados al terror y los vampiros sangrientos e inteligentes que nos enamoran.
Su dibujo me encanta por tener unos escenarios tan detallados, especialmente en la arquitectura, al igual que unos personajes muy distinguibles con una magnífica expresividad. Para mi gusto retorcido, de la mejor clase que se puede encontrar.



Ahora le viene el turno a uno de los mangas que más me ha llamado la atención en estos últimos años: Sun Ken Rock.

sábado, 18 de febrero de 2017

BDSM: El síndrome de Davy Crockett



Dentro de nuestras sesiones y juegos uno de los factores más importantes son los límites que poseemos.
Bien sea en el sexo o en la relación en sí, tanto Doms como sums poseen ciertos límites que tienden a ser doblados en algunos casos y rotos en otros (cuando ambas partes están de acuerdo), pero casi siempre se opta por respetarlos para que todo sea consensuado y razonable. Esto es importante para tener una relación BDSM sana y cuerda.

Sin embargo la comunidad no es ajena a un tipo de Dominante que se da más frecuentemente de lo que le gustaría. Es aquél que sufre el síndrome del aventurero y explorador Davy Crockett.

Aquellos que adolecen de dicho síndrome se comportan de una manera sumamente egoísta, puesto que los límites no están creados para ellos y tienden a tratar de romperlos sin el consenso de su pareja.
Bien sea movido por su propio deseo o porque simplemente no considera que el tener un límite que sabe que puede disfrutar, los Davy Crokett se convierten en un peligro para las relaciones sexuales de la comunidad.

Aunque es cierto que muchos de nosotros nos hemos encontrado con el típico "¿Cómo no te puede gustar? ¿Lo has probado acaso?", hay que saber trazar la linea entre esta gente que trata de concienciar y educar sobre sus gustos y aquellos que toman lo que les place sin comunicación alguna.

Dentro de los límites nos encontramos de dos tipos, los límites suaves y los límites duros. Los suaves, por si no lo habéis imaginado, son los límites que nos ponemos por aprehensión o congoja. Una forma de tratar de evitarlos pero que, con los argumentos, el cuidado y la atención necesaria pueden ser rotos en la práctica.
Los duros, por otro lado, son aquellos que tenemos la certeza de que no disfrutaremos en ningún ámbito de la relación. Estos son los que deben ser respetados en todo momento y nunca deben ser tratados con ligereza.

Un ejemplo común de límite suave podría ser el castigo físico en forma de spanking, el uso de juguetes o la humillación; mientras que un ejemplo de los duros pueden ser la escatología, el sexo en público o el sexo anal.
Si bien hay gente que disfruta de estas cosas y conoce el sentimiento de que no todo el mundo lo apruebe, también existen aquellos que por su propia frutstración y empoderamiento tratan de forzárselos a sus parejas.

Esto debe evitarse.

La comunicación es sumamente importante, y saber de los límites de cada uno es un elemento clave de una relación BDSM sana.
Por supuesto todos tenemos fantasías, juegos, prácticas que queremos realizar y nos son impedidas por un motivo u otro. Aun así debemos conocer que esa misma frustración que tenemos nosotros es devuelta en forma de respeto por parte de nuestra pareja.

Nada es sencillo cuando se trata de los placeres de la carne.

domingo, 12 de febrero de 2017

BDSM: Primals, a diente, garra e instinto



Para empezar debo aclarar que todos somos primarios (primals de ahora en adelante) de alguna forma. Es nuestra naturaleza el dejarse llevar por los instintos primarios que tan bien nos identifican y nos definen.
Aunque algunas personas los repriman hasta su misma negación mediante vergüenza o autocontrol, nuestros instintos son los que nos definen como los animales que somos.
"Homo homini lupus" podría ser el lema de los primals perfectamente. Los horrores que nos hacemos en busca del placer no pueden ser descritos con definiciones banales o descripciones frías sobre la pantalla.

A la grande la llamo "Mordiscos"
Es un rol puramente físico pero que se puede compaginar en ocasiones con los roles mentales de dominante y sumiso, pero más habitualmente con los de sadista y masoquista. En muchas ocasiones se confunde el ser sadomasoquista con ser primal pero la distinción es simple: si lo que disfrutas es el infringir/que te infrinjan dolor, eres sado/masoquista; si simplemente no te importa lo que te suceda siempre que sea con pasión y ganas, eres primal.
Simple, ¿verdad?
No siempre es así.

Los primal se definen por dos roles antepuestos: depredador y presa. Obviamente no requiere mucha explicación cuál es cada cuál, pero por si las moscas trataré de separarlos y definirlos.

El depredador es aquél que disfruta del acecho, del sentimiento de posesión de una persona durante el acto. Deja marcas, agarra, dentellea, araña, no tiene comedimiento para detenerse o ir despacio. Su mente se ve reducida al momento, sin control ni freno piensa únicamente en lo que tiene delante y disfruta de todo acto y caricia.
Gruñe, gime, grita... lo simplifica todo a un mero momento, volviéndolo más sencillo y a la vez más difícil.
Un depredador es una fuerza de la naturaleza sin control. Un torbellino, un volcán, un berserker al que no le importa el daño que reciba siempre que pueda saciarse.

Los depredadores son propensos a la fuerza y la crueldad. Si bien no es su uso en sí lo que les atrae sino la liberación de poder expresarse como ellos son en lugar de tanto como se cohiben en la sociedad vainilla.

No os engañéis, son moretones.

Las presas, por otra parte, son aquellas personas que han aprendido a hacer las paces consigo mismas y han llegado a la conclusión de que es mejor dejar de ser personas por un tiempo. Se dejan llevar en una vorágine de gritos y cuerpos. Frecuentemente juegan a la provocación para sacar la fuerza y la rabia interior de su contraparte depredadora, incluso cuando su acompañante no lo sea.
No os confundáis, las presas son igual de peligrosas que su contraparte depredadora. Desean placer, que su mente se desvanezca, que puedan ser lo que no muestran a nadie más... Simplemente desean hasta que lo consiguen.
Qué cruel tortura es ser una presa sin un cazador que la haga sentirse viva.

Heridas abiertas que sólo se notan al día siguiente.

Los primal en general no le hacen ascos a la dominación y sumisión, siendo el depredador quien controle la situación y se deje llevar cuando el momento sea el adecuado; y la presa quien provoca a su pareja hasta que ésta ya no lo soporta más y se abalanza sobre su cuello.
Cuando perfectamente podrían denominarse como "dominantes y brats" a secas, creo que es ese umbral en donde la mente desaparece y se ve sustituido por la necesidad, el ansia, el placer primario que enterramos para poder ser personas normales en nuestra sociedad normal.

Dejarse llevar paga su precio.

Debo admitir que junto a los masoquistas y sadistas el mayor ratio de accidentes o heridas suele ser dado en estos dos roles. Demasiadas personas me han preguntado por formas de quitar moretones causados por mordiscos o arañazos.
Por eso aconsejo que, aunque disfrutes dejándote llevar, tengas claro qué, cómo y con quién antes de empezar. No es agradable tener marcas visibles en tu día casual producidas por una noche de mente en blanco y si bien es complicado autocontrolarse en esos momentos sí es necesario para tener bien separados el placer de la vida cotidiana.


No todas las cicatrices tienen que ser de sufrimiento.