domingo, 31 de julio de 2016

Libros Cambia Vidas I: Dune de Frank Herbert



Título: Dune
Título Original: Dune
Autor: Frank Herbert
Año: 1965
Nacionalidad: Estadounidense
Género: Ciencia Ficción
En español por: La Factoría de Ideas (ISBN: 9788498006117)

Sinopsis:  En el año 10191 la colonización humana se ha extendido por el universo gracias al viaje sin moverse. Una técnica de transporte que permite a naves enteras viajar a cualquier lado del universo al instante sin moverse. Esta técnica puede realizarse gracias a un ingrediente necesario, la especia melange.
Dicha especia sólo puede encontrarse en un planeta: Arrakis, Dune, el planeta desierto.
Dicen que quien controle Arrakis controla el universo y no les falta razón.
Paul Atreides, hijo del Duque Leto Atreides y heredero de la Casa Atreides, se embarca junto a su familia desde su planeta natal, Caladan, a Arrakis. Bajo las órdenes del Emperador del Universo Conocido deberán sustituir a la sucia Casa Harkonnen como administradores del planeta y recolectores del más valioso material conocido en el universo.
Paul ha sido entrenado durante toda su vida para convertirse en un digno sucesor de su padre. Tácticas de combate, arte, entrenamientos marciales... y también los entrenamientos de su madre, una bruja Bene Gesserit que le fue ordenado alumbrar sólo hijas por su orden.

Al llegar a Arrakis Paul descubre que no todos los Harkonnen se han marchado del planeta, mucho menos de forma amistosa.

Shai-Hulud, por Eduardo Peña (no conseguí encontrar su DA)

Opinión: Este libro ha marcado a toda una generación de amantes de la ciencia-ficción. Cuando leéis Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin os daréis cuenta de que muchas de sus ideas las sacó de esta saga, y más concretamente de este libro.
Es un libro sobre traiciones, sobre venganza, sobre liberación, sobre los peligros de la religión... es un libro donde te muestran que cualquier hombre poderoso puede ser considerado un mesías.
La maravilla que es el personaje de Paul Atreides y sus seguidores fremen es inusual por su complejidad.
Para mí, personalmente, éste es el LIBRO de la ciencia ficción. Donde se muestra lo que es en su estado más puro. Es un libro que no sólo son peleas espaciales y amoríos, sino filosofía en su estado más destilado.
Aunque la película tenga una linea muy similar en el libro fue cambiada tanto que retorció el verdadero significado del mismo, dándole la vuelta a la moraleja que se saca con la historia. Aunque sea uno de los pocos casos que tanto la película, que no tiene nada que ver, y el libro me encanten.

Este libro lleva en circulación décadas y ha servido para hacer películas, miniseries, videojuegos y ha inspirado a músicos y escritores por igual.
Debe ser leído. La especia debe manar.

"El que escala una montaña no ve la cima de la montaña hasta que llega a ella". - Dune, de Frank Herbert.

PRESENTACIÓN

jueves, 28 de julio de 2016

BDSM: Las personalidades de una sumisa, o "at the castle in the morning, in the dungeon at night"


Ayer estuve hablando sobre el concepto de Jekyll y Hyde del que hablé AQUÍ anteriormente y llegamos a la conclusión de que es algo que también se puede aplicar a la sumisión.
Como ya he hecho hincapié en muchas ocasiones, la dualidad en el BDSM se da tanto en la relación como de forma intrapersonal. Para muchos de nosotros que no somos practicantes del 24/7 solemos compaginar nuestro concepto de la cultura y la escena BDSM con nuestra "persona de día". Como se muestran con las amistades que no comprenden este movimiento (y de seguro que si ya llevas un tiempo en este rollo conocerás a más de un amigo que no apruebe tus gustos), el saber compaginar una relación de sumisión con el resto de las facetas que componen una personalidad no suele ser tarea sencilla, pero no es, por mucho, algo imposible.

La sumisión en la relación puede estar supeditada a muchas cosas, como a una devoción amorosa o una entrega sexual, pero rara vez suele ser el único aporte que se le puede dar a dicha relación.
El concepto de vivir " en el castillo de día" hace referencia a tener una relación puramente idílica, llena de diversiones, risas, momentos moñas y esa clase de cosas que se relacionan con la pareja perfecta.
En su contraparte el vivir "en la mazmorra de noche" hace que el papel se torne a sumisión completa en lo que al plano sexual se refiere, haciendo un cambio de personalidad completo, habitualmente pasando de ser dulce o rebelde de personalidades independiente y fuertes a ser alguien dócil y complaciente cuando el momento lo requiere.

Aunque todo esto lo hable sólamente por la observación en el comportamiento de sumisas que conozco. Debo recalcar que es algo bastante común para aquellos ajenos al 24/7 que mantengan una relación estable el compaginar el placer distinguiéndolo del resto de cosas.

Mientras mucha gente se pierde al comenzar en el BDSM pensando que la sumisión tiene que ser una entrega al 100% del tiempo, no tiene porqué ser así. Si bien hay Doms y Amos que sí lo exigen, debes saber que, en última instancia, tu libertad es completamente tuya y, al igual que con cualquier relación vainilla, si hay algo que no te gusta de tu Dom y sea irreparable, deberías dejar esa relación.

Ni mucho menos quiero desprestigiar el papel que otorga una relación BDSM a la parte romántica de la misma. Perfectamente puedes estar viendo una película Disney debajo de una manta bebiendo cerveza y 30 minutos después estar deseando ser asfixiada mientras te dan azotes. Lo que aquí estoy tratando de exponer es que las facetas de una relación son más complicadas y opuestas de lo que mucha gente se piensa, aún más en una relación de esta clase.

Cuando hablamos de sumisión en el BDSM nos solemos referir a su faceta sexual por una simple razón, es la faceta que involucra al movimiento. No debemos perdernos en meras etiquetas aun a pesar de todo el glosario que existe sobre sumisión y dominación. Una sumisa sigue siendo una persona aunque le gustase la objetización y debe ser tratada con el respeto necesario tanto fuera como dentro de la cama.

Estar hablando de personalidades en una sumisa es hablar de la misma forma de personalidades de un dominante, si él puede ser amable y dulce fuera de la cama y un tirano armado con látigo y spankers dentro de ella, la sumisa puede serlo también.
Un desdoblamiento pragmático en donde muestre ambos papeles en según qué situaciones puede ser detonado por una pareja afín o un momento adecuado, transformando a la "princesa" en "esclava" y de nuevo a la inversa tras acabar.

No se debe pensar que por ser sumisa es lo único que eres al igual que no se debe pensar que por ser Dom es la única cualidad necesaria.


Anotación: Aunque en este artículo esté empleando el femenino para referirme a la sumisión no es más que un género para referirme a las personas, englobalizando a ambos sexos. Obviamente todo lo que digo se aplicaría a un hombre de la misma forma.

Libros que cambiaron mi vida


En lugar de hacer las clásicas reviews sobre libros que he ido haciendo desde el antiguo blog a este empezaré una serie (que puede literalmente llevarme toda la vida o unos meses, ya se verá) sobre los libros que cambiaron mi forma de ver mi propia vida o la marcaron durante mucho tiempo.

Bien fuera porque en el momento me pareció la lectura adecuada o porque ese libro me marcó para siempre, tengo un montón de recomendaciones de múltiples géneros, desde lo clásico a lo filosófico, de la ciencia-ficción a la fantasía.


Procuraré no poner todos los de Pratchett. En serio.

viernes, 22 de julio de 2016

BDSM: Bondage & Shibari II, elección de cuerdas


**Como recordatorio a tener en cuenta durante toda esta miniserie de artículos de bondage y shibari diré que no me considero un maestro ni alguien sumamente experimentado, mucho menos un kinbakushi. Aquí quiero poner tanto mi visión de las cuerdas como consejos y técnicas básicas para que la gente que está aprendiendo lo hagan de la forma correcta y segura. Utilizaré mucho la nomenclatura en inglés y japonés puesto que son las más utilizadas en libros, redes y demás. En caso de dudas sobre algún nudo podéis dejar comentarios o preguntarme directamente en mis redes sociales (a la derecha en versión web y abajo en versión móvil)**


Agarráos que este artículo será un poco técnico en comparación con los otros.

En cuanto a la elección de las cuerdas hay que tener en cuenta varios factores.
El primero y principal es el presupuesto, puesto que no todo el mundo tiene el mismo poder adquisitivo si estás aprendiendo quizá te convenga comprar cuerdas un poco más baratas.

El siguiente es la longitud y el grosor de las mismas. Dependiendo de para qué desees utilizarlas, si para shibari o para bondage deberías tener unas cuantas madejas de cada y amoldarte a tus necesidades. Lo ideal es empezar con un par de cuerdas de 5m a 4 ó 6mm y unas tres madejas de 8 ó 9m a 5-6mm de grosor. Pensemos que a cuanta más fina sea la cuerda menos necesitaremos para hacer el nudo, pero más pases serán necesarios para hacer un corsé, por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las cuerdas están compuestas de hebras. A cuantas más hebras la cuerda será más firme y rígida y a menos hebras, más flácida y elástica. El punto para la mayoría de los materiales suele ser las tres hebras, dejando espacio para que sea un paso intermedio entre rigidez y flacidez.

Después de la longitud y el grosor viene el material. El ideal suele ser el cáñamo o el yute, siendo éste último el que más se usa en shibari por los puristas, pero a su vez son los más caros y difíciles de tratar y limpiar. Ambas pueden ser tratadas para que queden de un color marrón oscuro o más blanquecinas, ideales para combinarlas con ciertos tipos de piel por su contraste, al igual que ser teñidas sin mucha dificultad con tintes que no hagan daño a la piel y no destiñan bajo el calor y el sudor.
Sus principales cualidades son, estando ya tratadas, su elasticidad y resistencia, pudiendo adaptarse a nudos cortos, entretejidos o vuetas sin que el resto de la cuerda se deforme (como sucede en cuerdas sintéticas). Además poseen un nivel de fricción más bajo que el resto debido a su maleabilidad, por lo que el yute y el cáñamo son las opciones ideales para atar a alguien.
Cuerda de Yute tratada.

Cuerda de cáñamo tratada.
El algodón debería evitarse pues tiende a deshilacharse rápidamente y a ensuciarse aún más rápido, pero también es uno de los materiales más baratos y estéticos puesto que se pueden encontrar muchas cuerdas de distintos colores ideales para el shibari. Se suelen vender en madejas de 10 metros y 8-6mm, por lo que puede ser demasiado gruesa, pero al producir tensión os daréis cuenta de que su grosor disminuirá, aún más tras lavarla. Simplemente pensad en ella como en una cuerda que se desgastará con rapidez. Se manchan con rapidez y son muy complicadas de limpiarlas a mano.
Su uso dentro de la faceta estética no es raro, pero sí algo infrecuente.
Cuerda de Algodón hebrada a máquina

La seda, aunque quede preciosa en alguna ocasión que otra debe tratarse con precaución, es muy resistente y tiene a hacerse demasiado fina cuando se forcejea, por lo que suele dejar marcas de quemaduras con facilidad. No es muy aconsejable aparte de para hacer sesiones de fotografía. Sólo la podría recomendar para sensualistas o juegos sensoriales y en forma de cinta no muy prieta.

El nylon (y a su vez el MFP) es una clase de material sintético que suele ser bastante suave y resistente, aunque eso hace que no sea indicado para grosores pequeños porque tiene a clavarse con facilidad en la piel. Es fácil de lavar, pero también tiene un desgaste considerable por la fricción, pudiendo deformar la cuerda si se le pone demasiada presión y calor en un punto. Hay que tener en cuenta que, aunque sea fácil de deformar, no lo es tanto a la hora de atar, impidiendo entretejidos y patrones entre cuerdas por su rigidez.
Es una buena forma de comenzar si no dispones de acceso a nada más, aunque debería procurar pasarse a una cuerda natural lo más pronto posible.
Dentro de la comunidad artística es común encontrarse con atadores que prefieren usar nylon por su facilidad de crear contrastes al teñirlas. 
Cuerda de Nylon de 3 hebras


Por último está el tratamiento. Cuando hablamos del tratamiento nos referimos a su nivel de impermeabilidad, rugosidad y flexibilidad. Se le llama así porque las cuerdas de fibras naturales suelen carecer de ello por completo, teniendo que aplicarlo uno mismo de forma manual para conseguir una cuerda que sea lavable, firme, sin asperezas y flexible.
Las fibras sintéticas por norma general no suelen necesitarlo puesto que ya tienen un baño de químicos para conseguir que sean resistentes, impermeables y flexibles pero las naturales, a menos que se compren ya tratadas, sí lo suelen necesitar.
El algodón ya es lo suficientemente flexible (dependiendo sólo de su grosor), pero no es nada impermeable y tiende a ensuciarse mucho, teniendo que lavarla y secarla durante bastante tiempo. Siendo hebras tan pequeñas no suele ser muy áspera, por lo que un simple paso de cera de abeja con aceite mineral debería ser suficiente para dejarlas lo suficientemente impermeables.
Las de yute y cáñamo sí necesitan el tratamiento completo. Si alguna vez cogéis una de estas cuerdas "crudas" os daréis cuenta de que no sólo es el olor sino también su rigidez y su aspereza lo que las vuelven imbiables para ser usadas en bondage o shibari.
El tratamiento debe consistir en lavarlas en agua caliente, idealmente a mano, secarlas TENSADAS al sol, quemar con el fogón de la cocina las impurezas y ramas que tenga todavía, frotarlas para que la fricción elimine cualquier impureza que quede y, por último, darles con un paño o la misma mano una ligera capa de la mezcla antes dicha: cera de abeja y aceite mineral. Lo primero se puede conseguir fácilmente en alguna tienda de animales, especialmente de hípica, o en una curtería. Lo segundo se puede encontrar fácilmente en supermercados y se trata de un aceite derivado del petroléo que se usa en maquinaria. Ambas cosas son bastante baratas.
Si después del tratamiento en cualquiera de las cuerdas siguiera sin oler como deseáis podéis echarle un par de gotas de aceite aromático a la mezcla.


Los precios ideales y más baratos que haya encontrado yo por cada clase de cuerda de 8m a 5mm (de media) SIN tratar suelen ser estos:
-Algodón: entre 3 y 4 € (casi siempre de 5 a 10m)
-Cáñamo: entre 7 y 9 €
-Yute: entre 10 y 12 € (dependiendo de si es importación o no)
-Nylon/poliester: 4 y 5 €

El tratamiento, en caso de que encontréis tiendas donde las vendan así, puede elevar el precio a un euro por metro según tienda.

¿Qué cuerdas necesito para empezar?

Es relativo, principalmente a tu presupuesto.
Para alguien que esté interesado y comenzando en este mundo lo ideal es empezar con el algodón o el nylon para la práctica. No sólo es lo más barato sino también requiere poco tratamiento y mantenimiento. Podéis comenzar con una cuerda de 10m y dos de 5m para practicar arneses y ataduras de extremidades y después pasaros a cuerdas de 8m de cáñamo o yute.
Si por otro lado es algo en lo que sabes que vas a dedicar interés y tiempo desde un principio, yo diría que un set de yute de 6mm de:
  • 5 ó 6 cuerdas de 8m
  • 2 ó 3 cuerdas de 3m
  • 1 ó 2 cuerdas de 15m
Con todo eso vais a poder hacer la mayoría de arneses, ataduras de articulaciones y diseños que queráis.


miércoles, 20 de julio de 2016

BDSM: Bondage & Shibari I, conceptos básicos y seguridad


**Como recordatorio a tener en cuenta durante toda esta miniserie de artículos de bondage y shibari diré que no me considero un maestro ni alguien sumamente experimentado, mucho menos un kinbakushi. Aquí quiero poner tanto mi visión de las cuerdas como consejos y técnicas básicas para que la gente que está aprendiendo lo hagan de la forma correcta y segura. Utilizaré mucho la nomenclatura en inglés y japonés puesto que son las más utilizadas en libros, redes y demás. En caso de dudas sobre algún nudo podéis dejar comentarios o preguntarme directamente en mis redes sociales (a la derecha en versión web y abajo en versión móvil)**

¿Qué es el shibari/kinbaku y el bondage? ¿En qué se diferencian? Pues la respuesta no es tan simple y a la vez es sencilla. Para la sencilla podríamos decir que todos los conceptos se refieren a la utilización de cuerdas sobre una persona para conseguir un objetivo, bien sea artístico o algo más práctico como una sesión sexual.
Sin embargo las diferencias entre el shibari y el bondage son más geográficas y de técnicas/fines de lo que uno podría llegar a pensar. El bondage es el nombre occidental que se le da al "shibari" (deformación de shibaru, "atar" en japonés). Cuando las distinciones en técnicas son más intrincadas, la principal suele ser que el bondage está más orientado al sexo, mientras que el shibari, no tiene porqué.

Es necesario saber que el objetivo del bondage, como parte de la cultura del BDSM, no es ni la crueldad ni el daño. Es considerado como un gesto de confianza por ambas partes que se dejan llevar y hacer según les dicte y les plazca. Si bien es cierto que existen técnicas y escuelas que tratan de ahondar en estas prácticas (con su consentimiento, por supuesto), la mayoría de los atadores lo usan con fines eróticos o artísticos.

Dentro del BDSM no tiene porque ser acompañado de ningún rol específico y, hasta en algunas ocasiones, es considerado un rol en sí mismo. Habitualmente suele estar desempeñado por un dominante y un sumiso que hacen de rigger y de rope bunny respectivamente.

Es importante mantener presente que si estáis empezando, sea en un rol u el otro, el comienzo puede resultar confuso y complicado. Aunque el shibari se rija por ciertas normas en cuestión de técnica como la simetría, anatomía, tipo de cuerdas, etc... debes tener presente que nadie nace sabiendo y debes hacer lo que más adecuado te parezca.
Desde el más simple churro hasta el más complejo nudo siguen siendo pasos para aprender. Los errores se sucederán tengas la experiencia que tengas y tendrás que dedicarle cientos de horas para considerarte un avezado atador.
No es sencillo.

Tener un o una compañera te facilitará mucho la práctica. Aunque nos estemos centrando en las ataduras a efectos sexuales y eróticos, no hay necesidad de practicar sin prenda alguna, por lo que mientras no tengan vergüenza de ponerse en posturas incómodas o algo ridículas (como la de la rana o el perro de las que hablaremos en artículos posteriores sobre nudos) no sería difícil el convencer a alguien que confíe en ti para hacer tus prácticas. Obviamente el sexo de cada persona varia la clase de nudos que deberían hacerse en bondage, asi que tenedlo en cuenta por si acaso. Otra opción en caso de querer practicar sin disponer de un compañero o queriendo mantener esta faceta tuya en privado es la de comprar un maniquí por Amazon.


Tanto en el bondage como en el shibari debe haber un vínculo de complicidad y confianza. Gracias al SCC tenemos conceptos como la "palabra clave" o el "gesto de seguridad", pero ¿y si la persona está atada y amordazada? Para esos momentos hay que saber de antemano dónde están los límites de esa persona y no cruzarlos bajo ningún concepto. Está bien experimentar con ataduras, pero si la fantasía consiste en un simple "átame y haz lo que quieras" debes saber dónde se detiene ese "lo que quieras".
¿Le gusta el dolor? ¿La humillación? ¿Prefiere estimulación con la mano/dedos o con la lengua? El bondage deja mucho en poder del dominante mientras que el sumiso debe exponer qué es lo que desea obtener de la sesión. Es muy sencillo dejarse llevar y complicado tener imaginación más allá del "te ato y te penetro" o el "átame y fóllame" que debería ser sólo utilizado tras unas cuantas sesiones donde se sepa qué es lo que gusta.
Hablar suave pero firme, rozar con los dedos, usar velas, spankers... hay multitud de formas de meter las cuerdas en cualquiera de los juegos o sesiones dentro del BDSM.
El bondage es expresar en forma de cuerdas lo que deseas a una persona que confía en ti. El shibari es transformar a una persona viva en una obra de arte. Sin miedo, vergüenza o desconfianza.


Si bien estás leyendo esto por pura curiosidad, para aprender o porque ya sabes y quieres comprobar mi propio punto de vista sobre esto, dire que lo PRIMERO Y POR ENCIMA DE TODO es la seguridad de quien sea atado.
Las cuerdas son peligrosas a la vez que excitantes y deben ser tratadas con el respeto y el cuidado que merece cualquier tipo de práctica.

En tus nudos debes tener en cuenta dos factores algo contradictorios, deben estar lo suficientemente apretados para que se mantengan firmes pero no lo suficiente como para que corten el paso de la sangre.
Como es lógico no estaría mal empezar estudiando la localización de los vasos de sangre mayores, como la arteria femoral, la carótida o la axilar, que habitualmente suelen llegar a ser pinzadas por las cuerdas si no se tiene cuidado.
De la misma forma hay una distinción entre incomodidad de la postura que se obliga a adoptar y la viabilidad de la misma a largo plazo.
Si se usa una postura durante mucho tiempo la tensión se acumula en el cuerpo, habitualmente en el cuello, hombros y articulaciones, pudiendo crear lesiones tanto leves como severas por lo que hay que tener en cuenta y saber encontrar el equilibrio entre cuerda, postura, firmeza y viabilidad para usarlo todo.

De inicio dejemos cosas como el cuello y la cabeza aparte, pues debería ser lo último que se practicara y siempre con cautela. Para tener un atisbo de cómo deseas que tu técnica se desarrolle con empezar en las extremidades y el tronco es más que suficiente.
Como otra forma de seguridad debes mantener las cuerdas en buen estado, no sólo limpias, sino también sin ramitas o pequeños bultos que puedan arañar la piel. Recuerda que las cuerdas están ahí para agarrar con firmeza, no para quemar ni abrir la piel.
Unas buenas cuerdas deben dejar marcada la piel pero no a más de un día o una noche, NUNCA deben dejar moretones o heridas abiertas.

En el próximo artículo hablaremos de las clases de cuerda que se pueden utilizar en el bondage y el shibari.

domingo, 10 de julio de 2016

BDSM: Las personalidades de un Dom o "Jeckyll in the streets and Hyde in the sheets"


Dejando de lado por un momento la serie de introducción procuraré intercalar esos artículos con algunos sobre mi propia opinión y experiencia con las gentes, situaciones y prácticas de este vasto mundo que es la escena del BDSM.

Póster de la adaptación de Paramount (1931)
Teniendo en cuenta las distintas clases de personalidades únicas que puede poseer un Dom con todas sus pequeñas distinciones (y exceptuando a muchos de los que practiquen el 24/7 de los que no hablaré mucho por mi falta de experiencia con ese lado del BDSM), hay una clase de personalidad que me llama mucho la atención.
Lo que me gusta denominar el Jekyll y Hyde de la personalidad es el concepto de dos personalidades totalmente opuestas que se pueden dar ocasionalmente en algunos dominantes. Si bien no es raro sí resulta peculiar el encontrarlo en alguien y detenerse a observar dichas personalidades en acción.


Este concepto es el que explora una personalidad casi vainilla, afectiva y sentimental (Jekyll) contra su opuesto más calculador, dominante y hedonista (Hyde). En estos casos se puede encontrar que Jekyll posee los atributos clásicos de una relación sentimental o, al menos, afectiva, preocupándose por mucho más que el sexo y teniendo en consideración todos los factores ajenos a él.
Hyde tiene a su disposición una actitud más dominante, fría, calculadora y socarrona, sabiendo aprovechar esos atributos en pos de un mayor placer (tanto ajeno como propio).
Por decirlo de una forma simple, Jekyll es la parte sentimental de la pareja mientras que Hyde es la parte sexual.

Lógicamente cuando hablo de dos personalidades distintas no es de forma literal si no de una persona que posee ambas facetas y sabe cuándo y cómo tiene que mostrarlas. El concepto de Jekyll y Hyde también se ha expresado muchas veces con la frase hecha "princesa de día y puta de noche", que hace referencia a tener una personalidad afable y cariñosa de cara a la gente normal pero luego una parte visceral y desgarradora en la noche cuando se está en privado.

Si bien el encontrar un equilibrio entre el lado Jekyll y el lado Hyde es lo que debería ser el objetivo de todo buen dominante esto es algo que no se puede adquirir por uno mismo. La importancia de tener un compañero o una compañera que se compenetre en esos aspectos de la vida de un dominante es de suma importancia.
Si tu pareja está contigo por una de las dos formas pero desea reducir la presencia de la otra, vas a encontrar un desequilibrio, algo que no necesitas.

De la misma forma que los dominantes abogamos por el placer de ser obedecidos y los sumisos buscan el placer de complacer, en una pareja debe haber una simbiósis ajena al sexo.
Esta simbiosis a veces puede desestabilizar las cosas a las que estás acostumbrado, dejándote con uno de tus dos perfiles más necesitado que el otro. Lógicamente estos períodos de transición pueden ser tan beneficiosos como perjudiciales hasta que se alcance dicha simbiosis y ambas partes consigáis tener un status quo sobre la relación, tanto amorosa como sexual.

Según las conversaciones que he tenido con varias sumisas y sumisos (y esto sí que es algo que se reduce a mi propia experiencia sobre los círculos que me rodean) esta clase de dominantes son de los que más han llegado a disfrutar, puesto que su dedicación y entrega trasciende las sesiones. Su parte Hyde se ve potenciada por su lado Jekyll, cogiendo los beneficios de ambos y haciendo tanto del sexo como del aftercare algo a otro nivel por completo.

Hyde folla y Jekyll se preocupa. Pero al revés también.
Como veis el BDSM trata mucho sobre la dualidad y la compenetración, hasta cuando se trata de en uno mismo. El intercambio de poderes que puede tener una personalidad es el mismo que puede haber en una relación.
Saber que Jekyll es necesario es lo que permite a un Dom descubrir más sobre su sumisa y poder llervarse a cabo situaciones de las que no era capaz antes cuando es Hyde. Recordad que el BDSM es un viaje de descubrimiento personal y social, no de autocomplaciencia.
James Nesbitt en la miniserie Jekyll, de Steven Moffat

Si sustituimos a Hyde nos quedaríamos con un Dom que se pensaría demasiado, no se dejaría llevar y, al final, no disfrutaría de su sumiso como debería, y eso es algo que un sumiso no debería permitir.
Si en su contrario sustituimos a Jekyll y nos convertimos en una máquina, cruel, fría y manipuladora, podríamos conseguir un sexo increible, sí, pero ese descontrol le pasaría una factura a esa relación en muy poco tiempo.

Mantener ese equilibrio es importante, al igual que saber disfrutar siendo Jekyll y siendo Hyde, recordad que todos llevamos un monstruo en nuestro interior y es nuestro deber que no se rebele. Qué lado decidís que sea el monstruo es cuetsión vuestra nada más.


"Aprendí a reconocer la minuciosa y primitiva dualidad del hombre.
Vi que, de las dos naturalezas que contenía el campo de mi consciencia,
incluso si pudiera decir con razón que no era ninguna de las dos,
sólo era porque era radicalmente ambas".
- Dr. Jekyll & Mr. Hyde, Robert Louis Stevenson

sábado, 9 de julio de 2016

Libro: Qué Difícil Es Ser Dios


Título: Qué Difícil es Ser Dios
Título Original: Trudno byt bogom (Трудно быть богом)
Autores: Arkadi y Boris Strugatski
Año: 1964
Nacionalidad: Rusa
Género: Ciencia Ficción
En español por: Gigamesh (ISBN: 978-84-96208-84-1)

Sinopsis: Los rusos son muy rusos cuando se trata de literatura y son grandes expertos en expresar la miseria de la sociedad, hasta cuando esa sociedad es una medieval alienígena vista desde la perspectiva de un hombre del futuro.

Este libro explora una idea que seguro más de uno de lo que están leyendo esto habrá tenido alguna vez, ¿qué pasaría si viajara en el tiempo al medievo con mis actuales conocimientos? Pues bien, los hermanos Strugatski dieron un rodeo a esa idea y, en lugar de viajar en el tiempo, decidieron mandar a un hombre a un planeta donde existen humanos que desconocen la existencia de otros mundos y viven en una sociedad sin tecnología alguna.

Dicho hombre, Anton, o Don Rumata para los amigos primitivos, es un observador que es enviado al reino de Arkanar para estudiar las costumbres de dicha sociedad sin tener que interferir en ella.  Pronto es encargado con la investigación de la desaparición de un famoso científico, también observador, el Doctor Budah.

En esta sociedad, tan distinta de la suya propia, ve como las grandes mentes en arte y ciencia son asesinadas ante su impasividad, por lo que trata de convencer a sus compañeros para ayudarles, sin mucho éxito por desgracia. Su intervención en los asusntos de los primitivos es demasiada, debe ceñirse a su papel de observador y dejar que ellos se comporten como quieran.

Rumata, sin embargo, no puede quedarse impasible ante el sufrimiento de la gente cuando en su mano está el poder cambiarlo.

Portada de su edición en inglés


Opinión: El libro trata mucho sobre el viejo dicho "La tecnología extremadamente avanzada es indistinguible de la magia para aquellos que no la entienden". Habla sobre un choque de utopía contra distopía, de nobleza contra impasividad, de amor contra muerte. Es sencillo perderse en un trabajo cómodo donde todo está hecho, pero Rumata representa la bravura, el peligro, la inteligencia y astucia que caracteriza a los aventureros.

Si bien no es un libro muy extenso y, sin duda, no el más famoso de los hermanos Strugatski (ese título se lo lleva The Roadside Picnic que inspiró la película y posterior saga de juegos Stalker), se puede concluir que explora una idea o deseo que muchos aficionados a la fantasía y la ciencia-ficción hemos pensado en un momento u otro: ¿Qué haríamos si estuviéramos en la época medieval?


martes, 5 de julio de 2016

BDSM: Introducción Addendum II, Aftercare


El aftercare (o cuidados posteriores en español) es una de las prácticas más importantes y representativas de la cultura BDSM, casi tanto que prácticamente es un ritual en casi toda relación que se piense tener.

El aftercare consiste en mostrar el lado amable, conciliador y reconfortante al sumiso después de una sesión. Puede ser en forma de cariño, hablando de lo que os ha gustado y lo que no o atendiendo a las heridas que se hayan podido producir durante los juegos y no estaban previstas, lo importante es mostrar que el dominante se preocupa por el bienestar, tanto físico como mental, del sumiso con el que ha estado.

Lógicamente el aftercare no es algo orientado a que se vuelva a realizar un juego o sesión dentro de poco, sino algo orientado a proteger a tu sumiso como si fuera oro en paño. Un dominante propiamente dicho debe asegurarse de que no ha sufrido daños serios o duraderos como hematomas, arañazos, moretones, mordiscos, músculos montados... y, si así fuera, atenderlos cuanto antes para que no se conviertan en marcas permanente o serios problemas de salud y movilidad.
Al igual que el cuerpo también hay que atender a la mente. Haciendo hincapié a si le ha gustado la sesión, especialmente si se ha puesto en práctica algo nuevo o se han utilizado herramientas nuevas.
Pregunta su opinión y no le hagas sentir como si sólo acabara siendo un desahogo, la persona que has atado no es un juguete, es alguien que te da placer. Y si está dispuesto a eso, debes cuidarlo.
Pide su opinión y no tengas miedo a mostrar tu inexperiencia en areas que no conozcas demasiado. No hay nada más placentero y reconfortante que explorar un camino junto a tu sumiso y aprender los dos juntos los caminos de la carne y la mente.

Este también puede ser el momento para abrir la conversación a explorar nuevos límites y planificarlo con la parte sumisa. Si bien es sólo recomendado hacerlo cuando ya habéis llegado a estar en un punto cómodo, conozco a la suficiente gente como para saber que hay personas que se les agotan sus preferencias extremadamente rápido cuando la pasión se sube por las nubes.


Aunque puede parecer que el aftercare es algo de lo que el dominante debe encargarse de forma exclusiva, no lo es. Una vez que las cuerdas se han desatado, que los gemidos han parado y los cuerpos están en estado tembloroso con vuestras extremidades sin responder muy bien sois dos personas las que quedáis ahí.
Humor, restarle importancia a errores, darse cariño, mostrarse interesado en cosas que se hayan hecho o se quieran hacer... todo eso son cualidades que tanto un dominante como un sumiso deben compartir, aunque eso no se encuentre ni siquiera en relaciones vainilla, por eso si lo encontráis sabréis que alguien que os trata bien después de haber sido bien follados es alguien de bien que merece dedicación y respeto, independientemente de su rol o experiencia.

El aftercare es uno de los conceptos que forman el núcleo que conforma la esencia del BDSM. Es una de esas cosas que si no existiera y no se llevara tan ritualísticamente haría que cualquier práctica se volviera un simple abuso, un simple polvo sin más, sin sentido o complicidad, un mete-saca que no satisface más que por unos minutos.

Tenedlo en mente la próxima vez que tengáis una sesión planeada. Hasta si lees esto por mera curiosidad y no te interesa el mundo del BDSM.

Si tu pareja te da placer, merece que la cuides.