viernes, 6 de mayo de 2016

BDSM: Introducción Addendum I, BDSM y relaciones sentimentales


Aun a pesar de que los addendums y apéndices suelen ir al final de un artículo o serie no he podido evitar tener que intercalar éste para remarcar algo con lo que mucha gente se siente confundida o desinformada.

La amplia y abierta naturaleza sexual del BDSM suele llevar a muchos equívocos al pensar que no se puede compaginar un deseo sexual con un deseo romántico, pero no es así.
Muchas o casi todas las relaciones de este tipo comienzan entre parejas o amantes, forjándose tanto en la cama como fuera de ella.
No hay que confundir libertad con libertinaje es algo que siempre he pensado. Si bien es cierto que la mayoría de las personas que participan en el movimiento consideran que el sexo es más principal que los sentimientos los conceptos no están reñidos en absoluto entre sí.

Puedes tener pareja y ser devoto a ella de la misma forma que ella lo sería contigo tengáis los roles que tengáis. El movimiento es algo para autodescubrirse a sí mismo y comprender que los tabúes son algo social, no para que renuncies a las cosas que te gusten por un concepto vago de libertinaje sexual.

Aunque es bastante frecuente que en este estilo de vida se den casos de gente que prefiere el poliamor, la poligamia o el swinging (que no es el género musical precisamente), otros tantos que son mayoría conciben el BDSM como una forma de interrelación con su pareja.
No es raro que uno introduzca al otro o sean ambos quienes aprendan al mismo tiempo, reforzando el vínculo que tienen a la par que se divierten y descubren cosas sobre sí mismos.
Estés en una relación monógama, polígama, poliamorosa o asexual (¡que también existen aquí!) los sentimientos son importantes. Sea dentro o fuera de la cama hay que tener una serie de virtudes frente a los vicios que deseas cometer. El respeto es una de esas virtudes y suele ser impuesto en toda relación, física o sentimental, que quieras mantener.

En el caso de conocer a alguien con quien choquen tus sentimientos (ej.: persona monógama contra alguien poliamoroso núcleo) debes saber que tienes las opciones de ignorar esa posible relación o intentar adaptarte a ella, pero hagas lo que hagas siempre debes ser sincero con tus intenciones.
Y os aseguro que es más placentero y menos problemático el dar a entender qué clase de relación deseas con una persona antes de comenzarla que esperar a que se entere por las señales no verbales que trasmitís.
La gente es ciega, sorda y tonta cuando se refiere a eso, asi que tenedlo en cuenta.

Otra de las cosas a tener en cuenta es el cómo introducirse ante alguien que sabes que está en el movimiento pero no al que no conoces. Siendo sinceros las únicas personas que he conocido y respetado en este movimiento eran gente con mis propios gustos (ajenos al mundo sexual, me refiero), y hablando con ellos de cualquiera de esos gustos me di cuenta de que eran gente simpática, inteligente y culta, algo que no se suele encontrar en ningún otro lugar fácilmente. Después ya vinieron las conversaciones sobre prácticas, cuerdas y demás, por supuesto, pero eso era un paso más allá.

Conocer gente en este mundillo es, como en el vainilla, una ruleta. Sabes que puedes encontrarte con el dominante perfecto para ti o con sólo un mameluco con ínfulas de gran follador, o con la sumisa ideal pero que no resulta ser sino otra más de una lista de personas sin personalidad propia.
No puedes esperar que cualquier hombre o mujer que diga que entiende de este movimiento sea igual. Los gustos cambian más que sus camisas y correas y no te encontrarás con dos iguales salvo en raras ocasiones.

Por eso, bien tengas pareja y te encuentres en una encrucijada de pensamientos creyendo que no puedes mantener una relación estable con ella por tus pensamientos de hacer un trío o tener un intercambio, o bien estés soltero y buscando a alguien con quien compartir fantasías y vida a la par, tienes que tener en cuenta que el BDSM y los sentimientos no están enfrentados, están unidos y exponenciados. Asegúrate bien de saber separar el amor del sexo y saber cuándo juntarlos para bien.

Sois lo que queréis ser y el resto del mundo ni siquiera existe hasta que lo conocéis.

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