martes, 16 de agosto de 2016

BDSM: Mi manifiesto


Aun a pesar de que lo he hablado en muchas ocasiones sigo viendo mucha desinformación, repulsa o incluso ingenuidad cuando se trata del tema del BDSM.

Este movimiento nació como una práctica secreta inconexa entre la gente. Juntos, mediante unos cuantos rasgos comunes, acabó desarrollándose a una cultura compleja y apartada de las normas sociales. En esencia, lo que nos hacía diferentes nos hizo unirnos aunque no estuviéramos juntos en los mismos sitios.
Literatura, filmografías, música, arte, filosofía... el BDSM ha conseguido tocar todas las facetas de la expresión humana para compartir su forma de ver las relaciones y el sexo con el mundo.

Pero aun así sigue siendo algo mal visto, ¿por qué?

Sencillamente porque la gente, independientemente de la época o el lugar del que sean, va a estar condicionada por una sociedad mayoritariamente purista o tradicional.
Esto no quiere decir que el BDSM tenga que ser una antítesis sobre el puritanismo o la tradicionalidad humana, no, el BDSM es un complemento a la persona y a su crecimiento.

Aun cuando se sigue tildando de machista en múltiples sectores debe comprenderse que esta cultura no es sobre géneros, sexos o roles, sino sobre crecimiento personal y en pareja. El concepto de que el dominante deba ser un hombre y la sumisa una mujer es tan absurdo como inútil.
Una de las características que tiene este mundillo es la total libertad que se le otorga al individuo y el respeto que se le da a las preferencias de cada uno.

Aquí me he encontrado con Dóminas, sumisos, switchs, transexuales, crossdressers, asexuales, queers, lesbianas, gays, riggers, sensualistas, hedonistas... este mundo no está reducido a dos roles y dos sexos, somos muchos los que lo completamos.

Nunca asumas el rol de nadie hasta que se lo preguntes.
Modelo: Un servidor

Si bien reconozco que, como todo elemento de la sociedad, tiene sus fallos personales en los que encontramos a creídos, gilipollas, ingenuos, desesperados o cretinos, esto no quiere decir que porque hablen más alto hablan con más razón.

Una sumisa puede no ser sumisa más que en la cama de su Amo.
Un Dominante no tiene porqué dominar a más de una persona.
Aunque haya una dinámica de servidumbre 24/7 no significa que esa persona no pueda salir de esa relación.
Un switch puede no querer cambiar de rol con la misma persona o puede que sí (porque son switch, duh).
No porque te guste el BDSM debe significar que todo lo que se mueva deba ser tu sub o tu Dom.
No porque hagas prácticas, sesiones o juegos deben incluir dolor físico o psicológico de ninguna clase.

No por ser sumisa significa que quiera con todos.
Modelo: @Ladylaurycandy

Exploremos por un momento el concepto que tiene mucha de la gente que ve este mundo desde el exterior, siendo algo para liberales y promíscuos. El BDSM y su filosofía abogan por las mentes abiertas, sin prejuicios y que quieran explorar el crecimiento y el intercambio de energías en pareja. Esto se alcanza con práctica, con ganas, abriendo la mente a nuevas experiencias que te permitan alcanzar un punto álgido tanto en habilidad como en interpersonalidad, porque nada hay más satisfactorio que desnudar tu cuerpo y alma a una persona y que sea devuelto de la misma manera.


Un Dom que siempre está preparado para su sumisa.
Modelo: @vitruvio_

No existen maestros ni gurús, existen mentores que pueden guiarte por cierto camino hasta que estés dispuesto a emprender el tuyo propio. Aunque mucha gente entre en las competiciones infantiles del "yo sé más que tú en (inserta aquí el tema en cuestión)", la mayoría de las personas sólo buscan comprensión, placer y que no haya ningún juicio.
¿Y cómo se consigue algo así? Con comunicación.

La comunicación es algo sumamente importante en este mundo. Es algo tan necesario que es un imperante en todo momento. No debemos caer en la presunción de que porque hayamos experimentado con una persona el resto deben ser como ella, porque entonces fracasaremos miserablemente.
Comunicarse y saber lo que le gusta y no le gusta a tu pareja, lo que puedes hacer y lo que no, lo que desea en la vida y lo que se lo impide... es necesario.
Sin ella no podrás evolucionar y crecer. Sin ella sólo estarás disfrutando del hedonismo que se puede encontrar en un fumadero de opio indio de principios del s. XX.

Una sumisa que sólo atiende a su Dom.
Modelo: @LittleElisax

Otro de los conceptos que mucha gente confunde en el BDSM es el de tratarlo de abuso pero para simplificarlo pondré un par de ejemplos:
  • Te gusta la piña en la pizza: Eres un ser infrahumano que debería ser sacrificado a los dioses para aplacar la ira que les ha hecho que nos abandonen.
  • Mezclas cerveza y vino como un politoxicómano cualquiera: ¿Por qué? ¿Por qué alguien haría eso?
¿Esto me afecta de alguna manera? ¿Lo haré yo sabiendo que no me gusta? ¿Impediré a alguien que lo haga sabiendo que le gusta? La respuesta es NO.

El BDSM está lleno de cosas que una persona vainilla que no ha experimentado o siquiera concebido no comprenderá. La mayor diferencia entre el BDSM y el abuso es el CONSENTIMIENTO (y creedme, es necesario ponerlo en mayúsculas). Dicho consentimiento, acompañado de comunicación, no sólo te permite disfrutar de tu piña en tu pizza, tu cerveza con vino o de tu sumiso lamiendo cosas con tesón, sino que te permite hacerlo con una total liberación de la necesidad de vergüenza, timidez o represión.


Todo esto está muy bien, pero ¿a dónde quiero llegar?
Quiero llegar a que ser practicante o querer iniciarse o incluso aprender algo sobre el mundo del BDSM no está supeditado a ser machista, a la apología del abuso o de las relaciones tóxicas.
La gran mayoría de los miembros de esta comunidad sabemos que no todo el mundo acepta nuestras prácticas, pero eso es algo a lo que nos hemos acostumbrado por las malas, lo que no toleramos es la desinformación o el ataque injustificado por parte de personas que sólo han visto un desafortunado documental de tele con prácticas de humillación pública (porque es lo más impactante) y se olvidan de todo lo demás.


Sed vosotros mismos.
Sed justos con vuestras parejas.
Hablad.
Buscad el equilibrio.
Disfrutad sin coartaros.
Cuidaos mutuamente.
Comprended que una mano firme también puede ser flexible.
Ese es el camino del BDSM.

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