jueves, 19 de enero de 2017

Shibari & Bondage: Mi manifiesto



He hablado largo y tendido de cuál es mi opinión sobre el BDSM, de sus problemas, sus ventajas y sus curiosidades, pero aún no había hecho ningún artículo mostrando mi opinión sobre el shibari y el bondage.

Y va siendo hora.

Para clarificarlo debo empezar diciendo que sí existe una distinción entre ambos términos (y la presencia de otros semejantes como el kinbaku o el hojojutsu) pero por motivos prácticos los trataré casi de la misma manera durante este texto.

"El shibari es para pervertidos, el bondage para enfermos".
Si estás leyendo esto es altamente probable que poseas cierta inclinación por las ataduras, y siendo así lo más seguro es que hayas escuchado alguna frase semejante a esa en algún momento de tu vida.
Al igual que sucede con el BDSM, uno de sus elementos más característicos como son las cuerdas están tachadas como de perversión y enfermedad por aquellas mismas personas que consideran la masturbación femenina una aberración contra natura, pero el concepto les rebota en sus mentes cerradas como no lo harían las piedras que te tirarían si tuvieran oportunidad.

Modelo: Chloe Atador: @SergioMacbeth

El shibari es una expresión artística que combina el cuerpo de un modelo junto a la mente e imaginación del atador.
Es así de fácil.
Y sin embargo sigue habiendo demasiada gente que, aunque aprueba la idea de su existencia, no comprende plenamente cuáles son las condiciones propicias en donde se desarrolla.

Se comienza con confianza. Hay que poseeerla si deseas tener a alguien atado por completo y ante tus manos. No puede existir shibari si no hay confianza.
¿Qué se necesita para poder dar esa confianza? Estudiar, desarrollar tu técnica, mantener la seguridad, tener la mente clara sobre tus propios nudos y querer expresarte a través de ellos.
Creed cuando os digo que yo no soy más que un mero aprendiz y hasta el más experto os dirá que sigue aprendiendo sobre las cuerdas cada día.
El shibari no consiste en la idea de atar a alguien para ser sometido a tus deseos sexuales, sino que es una representación artística mediante cuerpo y mente.
Existe un lienzo y existe un pincel. Existe un cuerpo y existe una cuerda.
Tan simple como eso.

Quizá el sentimiento del romanticismo que está implícito en un cuerpo desnudo desborde la imaginación de aquellos que ven las imágenes, y sería con razón.
En muchas ocasiones encontraremos que esos vínculos son los que permiten tener sesiones donde ambos (atador y atado) crecen como personas.
Aunque sea frecuente que el modelo no sea visto nada más que como un modelo de la misma forma que un artista dibuja a un modelo desnudo sin más excitación que la erección de la brocha, sí es natural que se confunda una persona siendo atada por otra por un deseo irreprimible de que el atador desea ver y tocar un cuerpo desnudo.

Me temo que eso es mentira.

El shibari es una manifestación de expresividad que trae consigo vínculos.
Atador: @vitruvio_ Atada: @littleMimelinha


Obviamente habrá gente que lo considere así y utilice el shibari como medio de conseguir sus objetivos abyectos. Pero desde el aprendiz al maestro te dirán siempre lo mismo: respeta a tu compañero pues es él quien sufre la ordalía de las cuerdas.
La gente que utiliza las cuerdas para conseguir sus vicios no son más que depredadores sin más sentido ni razón que el convencer a gente que quiere aprender o experimentar las cuerdas en sus cuerpos para que se sometan a ellos. Deben ser descubiertos e ignorados al extremo.
Y eso requiere conocerles de antes. Conversar con ellos sobre sus nudos, su técnica, sus medidas de seguridad Y, sobre todo, de cómo son como personas.
Nunca confieís en la popularidad o los nudos de alguien a quien no conocéis. Sed curiosos pero no ingenuos.


Las cuerdas poseen un poder que hace descubrir los secretos que la gente tiende a guardarse para sí mismos. El que un novicio descubra placer en ser atado no es en absoluto extraño, sino todo lo contrario. Eso es lo que hace grande su utilización, pero también peligroso.
Sin confianza no hay placer, sólo saciedad.

La integración del shibari en el BDSM se volvió patente en los años 60, cuando se empezó a desarrollar en occidente las técnicas que son consideradas una parte activa de la comunidad, el bondage.
El bondage son las ataduras prácticas que pueden usarse durante sesiones sexuales, como a estas alturas deberíais saber.

El "rigger" y el "rigged" tienen ante ellos la posibilidad de realizar sus deseos casi por completo.
Y es ahí donde el encanto de las cuerdas reside: ser atado da libertad para ser tú mismo. Para que tu mente pase en blanco y el placer resurja como un instinto sin control.
Pero como ya he dicho, no hay placer sin confianza.
El bondage es una de las artes más complicadas del BDSM, no sólo por la curva de aprendizaje y práctica sino también porque realizarlo eficazmente es algo que requiere tiempo y siempre cambia de una pareja a otra.

La estética del bondage y el shibari es indiscutible.
Modelo: @ladylaurycandy

Si el shibari es el arte, el bondage es la expresión hecha carne.

Sea cual sea tu deseo ambos pueden complementarse. Puedes ser un frío kinbakushi que cree obras de arte con sus cuerdas o un pasional rigger que sepa proporcionar fantasías y deseos. O puedes ser ambos si sabes encontrar tu propio equilibrio y a la gente adecuada.

Fuera como fuese, este texto es mi manifiesto para aquellos que, como yo, disfrutan de las cuerdas y para aquellos que no las comprenden puedan entender.

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