sábado, 10 de marzo de 2018

BDSM: Addendum VI. Cómo dirigirse a un Dom, protocolo para iniciados



Aunque a día de hoy poca de la gente que se está iniciando dentro del BDSM le importa, dentro de la tradición (y especialmente cuando se sale a la escena local) existe lo que se denomina "protocolo de nombre" (addressing protocol). Una forma en la que se crea una jerarquía dentro de una pareja o grupo en el que los escalafones inferiores (tipo bottom) tienden que rendir respeto y pleitesía a los escalafones superiores (tipo Dom) mediante títulos que son asignados al iniciar la relación o explicados al introducirse a una Casa o Clan.

Este protocolo, aunque anticuado, ha ayudado a mantener el velo del misticismo y la entrega dentro del BDSM durante años, siglos incluso si contamos con las conductas pre-comunitarias. Mucha gente lo usa sin ser consciente de que está usándolo y mucha otra tanta gente lo ignora por completo porque le resta importancia, sobre todo cuando es una relación donde tanto el D como el s han comenzado dentro del BDSM juntos y no tienen mucha más experiencia sobre las relaciones de protocolo o la teoría del mismo.

Si es importante en una relación personal o no se queda dispuesto al ojo de cada uno. Pero asignar un título especialmente dedicado a una persona denota no sólo respeto sino dedicación, una forma de empoderamiento y superioridad mediante la entrega de un nombre puede ser lo que muchos necesitan para dar el paso a una relación tradicionalista dentro de la comunidad.

Clases de Nombres

Dentro de una relación encontramos tres nombres protocolarios distintos para una persona, especialmente para alguien con el rol de Dom.

El primero es su sobrenombre público y no está supeditado al rol de Dom. A lo largo de los años, la persecución moralista y el secretismo de los movimientos de BDSM y de sexualidad diversa han causado estragos en aquellas personas que buscaban anonimato por su vida pública, por ello la mayoría de las personas que pertenecen a la comunidad prefieren usar un sobrenombre para ser reconocidos entre sus iguales, independientemente de su rol.

El segundo es el título de rol. Este título es la forma en la que una parte sumisa le muestra respeto (o cariño, depende del tipo de relación) a su Dom o Domme. Si bien los más comunes suelen ser Amo, Maestro, Señor o Dóminus (ya en desuso y utilizado entre Doms en lugar de en relaciones nada más), básicamente es un nombre que elige el Dom por el cual ser llamado en la intimidad y exclusivamente por aquella persona que quiera que le trate con ese respeto. Dicho título, aunque sea de uso común, suele ser intransferible durante la duración de la relación.

El tercero y último es el nombre de juego. Este nombre es el pseudónimo que puede adoptar una persona durante alguna sesión de roleplay o de alguna práctica que se salga de su rol tradicional. Por ejemplo el típico "profesor" en un escenario de colegio o "padre" en un escenario sacrosanto. Aunque no suele ser algo muy común mantener un nombre de juego sí que existe gente dedicada a una clase de roleplay específico, por lo que pueden preferir tener un título especial para los mismos.

Existen otros nombres y títulos menos conocidos como los que se otorgan a la jerarquía de una Casa o Clan compuesto de varias personas, títulos para la gente que usa magia ritual en el BDSM o personas que están en relaciones poliamorosas, pero eso son casos que deberían tomarse uno a uno.

A respecto de los sumisos, algunos Doms deciden otorgarles un título cuando empiezan con su entrenamiento, especialmente aquellos que siguen un gusto por la humillación o por el cariño. A esto se le llama "nombramiento" u "otorgar un título". Al igual que con el título de rol, desde ese momento cualquier forma de dirigirse a su sumiso será mediante dicho sobrenombre.


Cuándo otorgar o solicitar un título

Tradicionalmente, y como ya hablé en artículos anteriores de la introducción, cuando un Dom toma a alguien como sumiso, ésta persona suele atravesar por tres periodos para llegar a ser considerada su sumisa. Estos trechos son, en orden, el de consideración, el de entrenamiento y el oficial.
Hay cierto nivel de preferencia en cuanto a cuándo solicitar que se llame mediante un título a tu sumiso. La mayoría optan por esperar a empezar el entrenamiento porque consideran que el título es una forma de oficializar una relación, al igual que otorgar el collar. Otros lo sopesan como parte de la consideración y prefieren que una persona que tienen en la mira empiece cuanto antes con su adiestramiento. Sea como fuere, dentro del BDSM no hay un periodo expreso para algo así, pero suele estar ubicado dentro de la fase entre consideración (2 seamanas a 1 mes) y entrenamiento (los primeros 3 ó 4 meses). Es una elección totalmente personal y nadie podrá deciros nada al respecto.

Los nombres son importantes y otorgarlos y cederlos se debería tratar con el respeto necesario.

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