viernes, 22 de julio de 2016

BDSM: Bondage & Shibari II, elección de cuerdas


**Como recordatorio a tener en cuenta durante toda esta miniserie de artículos de bondage y shibari diré que no me considero un maestro ni alguien sumamente experimentado, mucho menos un kinbakushi. Aquí quiero poner tanto mi visión de las cuerdas como consejos y técnicas básicas para que la gente que está aprendiendo lo hagan de la forma correcta y segura. Utilizaré mucho la nomenclatura en inglés y japonés puesto que son las más utilizadas en libros, redes y demás. En caso de dudas sobre algún nudo podéis dejar comentarios o preguntarme directamente en mis redes sociales (a la derecha en versión web y abajo en versión móvil)**


Agarráos que este artículo será un poco técnico en comparación con los otros.

En cuanto a la elección de las cuerdas hay que tener en cuenta varios factores.
El primero y principal es el presupuesto, puesto que no todo el mundo tiene el mismo poder adquisitivo si estás aprendiendo quizá te convenga comprar cuerdas un poco más baratas.

El siguiente es la longitud y el grosor de las mismas. Dependiendo de para qué desees utilizarlas, si para shibari o para bondage deberías tener unas cuantas madejas de cada y amoldarte a tus necesidades. Lo ideal es empezar con un par de cuerdas de 5m a 4 ó 6mm y unas tres madejas de 8 ó 9m a 5-6mm de grosor. Pensemos que a cuanta más fina sea la cuerda menos necesitaremos para hacer el nudo, pero más pases serán necesarios para hacer un corsé, por ejemplo.
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las cuerdas están compuestas de hebras. A cuantas más hebras la cuerda será más firme y rígida y a menos hebras, más flácida y elástica. El punto para la mayoría de los materiales suele ser las tres hebras, dejando espacio para que sea un paso intermedio entre rigidez y flacidez.

Después de la longitud y el grosor viene el material. El ideal suele ser el cáñamo o el yute, siendo éste último el que más se usa en shibari por los puristas, pero a su vez son los más caros y difíciles de tratar y limpiar. Ambas pueden ser tratadas para que queden de un color marrón oscuro o más blanquecinas, ideales para combinarlas con ciertos tipos de piel por su contraste, al igual que ser teñidas sin mucha dificultad con tintes que no hagan daño a la piel y no destiñan bajo el calor y el sudor.
Sus principales cualidades son, estando ya tratadas, su elasticidad y resistencia, pudiendo adaptarse a nudos cortos, entretejidos o vuetas sin que el resto de la cuerda se deforme (como sucede en cuerdas sintéticas). Además poseen un nivel de fricción más bajo que el resto debido a su maleabilidad, por lo que el yute y el cáñamo son las opciones ideales para atar a alguien.
Cuerda de Yute tratada.

Cuerda de cáñamo tratada.
El algodón debería evitarse pues tiende a deshilacharse rápidamente y a ensuciarse aún más rápido, pero también es uno de los materiales más baratos y estéticos puesto que se pueden encontrar muchas cuerdas de distintos colores ideales para el shibari. Se suelen vender en madejas de 10 metros y 8-6mm, por lo que puede ser demasiado gruesa, pero al producir tensión os daréis cuenta de que su grosor disminuirá, aún más tras lavarla. Simplemente pensad en ella como en una cuerda que se desgastará con rapidez. Se manchan con rapidez y son muy complicadas de limpiarlas a mano.
Su uso dentro de la faceta estética no es raro, pero sí algo infrecuente.
Cuerda de Algodón hebrada a máquina

La seda, aunque quede preciosa en alguna ocasión que otra debe tratarse con precaución, es muy resistente y tiene a hacerse demasiado fina cuando se forcejea, por lo que suele dejar marcas de quemaduras con facilidad. No es muy aconsejable aparte de para hacer sesiones de fotografía. Sólo la podría recomendar para sensualistas o juegos sensoriales y en forma de cinta no muy prieta.

El nylon (y a su vez el MFP) es una clase de material sintético que suele ser bastante suave y resistente, aunque eso hace que no sea indicado para grosores pequeños porque tiene a clavarse con facilidad en la piel. Es fácil de lavar, pero también tiene un desgaste considerable por la fricción, pudiendo deformar la cuerda si se le pone demasiada presión y calor en un punto. Hay que tener en cuenta que, aunque sea fácil de deformar, no lo es tanto a la hora de atar, impidiendo entretejidos y patrones entre cuerdas por su rigidez.
Es una buena forma de comenzar si no dispones de acceso a nada más, aunque debería procurar pasarse a una cuerda natural lo más pronto posible.
Dentro de la comunidad artística es común encontrarse con atadores que prefieren usar nylon por su facilidad de crear contrastes al teñirlas. 
Cuerda de Nylon de 3 hebras


Por último está el tratamiento. Cuando hablamos del tratamiento nos referimos a su nivel de impermeabilidad, rugosidad y flexibilidad. Se le llama así porque las cuerdas de fibras naturales suelen carecer de ello por completo, teniendo que aplicarlo uno mismo de forma manual para conseguir una cuerda que sea lavable, firme, sin asperezas y flexible.
Las fibras sintéticas por norma general no suelen necesitarlo puesto que ya tienen un baño de químicos para conseguir que sean resistentes, impermeables y flexibles pero las naturales, a menos que se compren ya tratadas, sí lo suelen necesitar.
El algodón ya es lo suficientemente flexible (dependiendo sólo de su grosor), pero no es nada impermeable y tiende a ensuciarse mucho, teniendo que lavarla y secarla durante bastante tiempo. Siendo hebras tan pequeñas no suele ser muy áspera, por lo que un simple paso de cera de abeja con aceite mineral debería ser suficiente para dejarlas lo suficientemente impermeables.
Las de yute y cáñamo sí necesitan el tratamiento completo. Si alguna vez cogéis una de estas cuerdas "crudas" os daréis cuenta de que no sólo es el olor sino también su rigidez y su aspereza lo que las vuelven imbiables para ser usadas en bondage o shibari.
El tratamiento debe consistir en lavarlas en agua caliente, idealmente a mano, secarlas TENSADAS al sol, quemar con el fogón de la cocina las impurezas y ramas que tenga todavía, frotarlas para que la fricción elimine cualquier impureza que quede y, por último, darles con un paño o la misma mano una ligera capa de la mezcla antes dicha: cera de abeja y aceite mineral. Lo primero se puede conseguir fácilmente en alguna tienda de animales, especialmente de hípica, o en una curtería. Lo segundo se puede encontrar fácilmente en supermercados y se trata de un aceite derivado del petroléo que se usa en maquinaria. Ambas cosas son bastante baratas.
Si después del tratamiento en cualquiera de las cuerdas siguiera sin oler como deseáis podéis echarle un par de gotas de aceite aromático a la mezcla.


Los precios ideales y más baratos que haya encontrado yo por cada clase de cuerda de 8m a 5mm (de media) SIN tratar suelen ser estos:
-Algodón: entre 3 y 4 € (casi siempre de 5 a 10m)
-Cáñamo: entre 7 y 9 €
-Yute: entre 10 y 12 € (dependiendo de si es importación o no)
-Nylon/poliester: 4 y 5 €

El tratamiento, en caso de que encontréis tiendas donde las vendan así, puede elevar el precio a un euro por metro según tienda.

¿Qué cuerdas necesito para empezar?

Es relativo, principalmente a tu presupuesto.
Para alguien que esté interesado y comenzando en este mundo lo ideal es empezar con el algodón o el nylon para la práctica. No sólo es lo más barato sino también requiere poco tratamiento y mantenimiento. Podéis comenzar con una cuerda de 10m y dos de 5m para practicar arneses y ataduras de extremidades y después pasaros a cuerdas de 8m de cáñamo o yute.
Si por otro lado es algo en lo que sabes que vas a dedicar interés y tiempo desde un principio, yo diría que un set de yute de 6mm de:
  • 5 ó 6 cuerdas de 8m
  • 2 ó 3 cuerdas de 3m
  • 1 ó 2 cuerdas de 15m
Con todo eso vais a poder hacer la mayoría de arneses, ataduras de articulaciones y diseños que queráis.


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