domingo, 23 de octubre de 2016

BDSM: Addendum III, Abuso en las relaciones BDSM


He hablado largo y tendido sobre las bondades del BDSM y sus muy distintas prácticas. De cómo sirve para liberarse tanto física como psicológicamente de inhibiciones, problemas o tabúes y de cómo se debe utilizar para saber mantener una mente equilibrada y liberada.
Pero no es oro todo lo que reluce en el camino de las cadenas.

El abuso es algo común y serio en la comunidad, y no tan infrecuente como nos gustaría reconocer a muchos.
En muchas ocasiones nos encontraremos con el típico dominante, de común bastante inteligente y manipulador, que convencerá a su sumisa para realizar las cosas que él desee sin haberse preocupado antes de saber dónde están los límites de ella.
También existen relaciones D/s donde una de las partes no esté conforme con cómo avanzan sus prácticas, pero tenga miedo a reconocerlo bien por el temor al abandono o por temor a daño físico.

Reconozcámoslo, el BDSM en muchas de sus formas requiere violencia. Hasta los primals deben comprender qué y qué no deben hacer y preocuparse por no realizarlo.
Pero en ocasiones esa violencia, esa fuerza inherente a las prácticas, se sale de madre y lleva a convertir una relación D/s en una relación abusiva.

Me gustaría pensar que los que lleváis tiempo leyendo mis artículos sobre el BDSM tenéis dos dedos de frente y habéis comprendido la importancia de la consensualidad y la seguridad. El cómo no es lo mismo dar una bofetada que un puñetazo o una patada.
No obstante es algo que no todo el mundo comprende y ve en el BDSM una forma para dejar salir toda su ira reprimida, convirtiendo a su sumiso en un mero punching ball sexual.

Una explicación simple de las diferencias entre el abuso y el BDSM.

No todo abuso viene de la mano de la violencia física. El que más se ha llegado a dar ha sido uno totalmente psicológico, que, a la larga, se puede transformar en el más peligroso de todos los abusos.
Cuando un Dom cruza la raya y empieza a imponer prohibiciones que su sumiso no está buscando o disfruta no es sino una muestra de posesión que trasciende las barreras del BDSM y se vuelve un ejemplo bastante básico de relación tóxica. Cuando un sumiso genera una dependencia con una base de culpabilidad no está haciendo otra cosa que forzar a su Dom a mantener una relación en la que no quiere estar. El que un sumiso finja su atención y cariño para conseguir un Sugar Daddy o un Cash Bank.
Como estos tenéis infinidad de ejemplos que surjen en las redes día a día. Las relaciones D/s pueden ser tan satisfactorias como peligrosas y deben tratarse SIEMPRE con madurez y lógica.

La sutil diferencia que hace un abismo.

Aunque tenemos bastante mala fama gracias a nuestras prácticas que incluyen formas poco ortodoxas de relaciones sexuales, siempre hemos mantenido un frente en contra del abuso, creando un rol específico para gente que lo ha experimentado y desea mantenerse en la escena con cautela (el Protector). Dicho rol está diseñado para que gente con experiencia, habitualmente Doms pero no ligado con exclusividad a ellos, puedan otorgar consejo y ayuda a cualquiera que lo necesite después de salir de dichas relaciones.

Aún así debe mantenerse una perspectiva personal de cara a las relaciones de uno mismo. Y para ello creo que todos deberíamos hacernos las siguientes preguntas de cara a nuestras relaciones:
  • ¿Soy feliz? / ¿Es feliz conmigo? Esta es tan básica que duele ponerla, pero tan necesaria que a veces resulta dolorosa. El BDSM, al igual que una relación vainilla, también requiere felicidad para funcionar. Hasta los más hedonistas encuentran felicidad en el placer y deberían saber cuándo la están dando en reciprocidad.
    Es imperante comprender también cuándo es una situación que se pueda arreglar y cuándo no, y, si es de las últimas, comprender que ambos estaréis mejor si lo dejáis.
  • ¿He llegado a hacerle daño real? / ¿Me ha hecho daño real? La seguridad impera por encima de todas las leyes del BDSM. Saber dónde y cómo parar una sesión o práctica es IMPORTANTE. Aunque resulte contradictorio con la idea de tener que dejarse llevar, también uno debe tener una parte de sí mismo dedicada a dicha seguridad. Si alguien se pasa con los azotes, las marcas, las bofetadas.... y sabes que no ha sido un accidente DEBES decírselo. Así mismo también es importante comprender que no a todo el mundo le gusta el dolor físico, por mínimo que sea. Forzar a alguien a adquirir tus gustos a la fuerza es una de las formas más simples de abusar de alguien como Dominante.
  • ¿Estoy renunciando a algo que quiero? / ¿Le he hecho renunciar a algo que quiere? Aquí nos encontramos con otro ejemplo de abuso tanto en relaciones vainilla como en D/s. Como cualquier otra relación también requiere ciertos sacrificios. Un claro ejemplo es cuando se renuncia a tener sexo con otras personas por estar en una relación monógama (aunque no siempre sea así, claro). La diferencia radica en qué cosas puedes sacrificar y cuáles no.
    Tiempo, amistades, trabajo, familia... son cosas a las que nadie debería renunciar, aún menos por petición de alguien que debería estar contigo.
  • ¿Me humilla delante de otros? / ¿Le humillo delante de otros? La menospreciación es algo común cuando se trata de una relación abusiva D/s. Si en cualquier momento se ha dado el caso de estar en una reunión con amigos y tu pareja no hace más que menospreciarte y ridiculizarte (bien sea por tus gustos sexuales o por cualquier otro motivo), significa que hay una persona que no te ve como un igual, sino como un objeto ridículo que está ahí para sus gustos.
  • ¿Controla lo que hago y con quién? / ¿Controlo lo que hace y con quién? La dominación es un arte delicado y sin duda muy incomprendido. A menos que tengas una relación 24/7 y esto forme parte de las prácticas que os guste realizar, el control debería quedarse en la cama. Todos debéis ser libres de hacer lo que queráis y con quien queráis indpendientemente de lo que os diga cualquier persona.
    Cuando alguien te impide hacer algo bajo amenaza, está abusando de ti y eso es algo que también se ve demasiado frecuentemente por desgracia.
  • ¿Me gustan sus prácticas? / ¿Le gustan las mías? Tan sencillo como eso. No todos los roles son compatibles y es totalmente entendible que haya cosas que no te guste hacer. En el BDSM el sexo es importante, pero no es lo totalmente necesario.
    Un practicante de ageplay puede no gustarle precisamente alguien que se considere sadista, y como tal, sentirse incómodo durante las relaciones sexuales. No obstante, con saber fijar un límite y que ambos sepáis dónde están los del otro, debería ser suficiente para que las prácticas no supusieran más que una molesta (aunque cuidado con las frustraciones).
  • ¿Tienes dudas sobre si lo que pasas es un comportamiento normal y sano? Pregunta. La vasta mayoría de los miembros de la comunidad estarán más que encantados de orientarte y aconsejarte sobre los conceptos básicos y qué puede ser tomado como abuso y qué no. Lo único que no debes hacer es pensar que si no dices nada o haces nada todo cambiará a mejor.
    En caso de que no conozcas a nadie que pueda orientarte no sólo tienes las preguntas anónimas de curiouscat (situado a la derecha en la visión de ordenador y abajo en la de móvil), también puedes encontrar multitud de personas a través de twitter que desearán ayudarte en lo que puedas.

 Un claro ejemplo de relación abusiva camuflada como relación D/s es el que se encuentra en "Cincuenta Sombras de Grey". En esta historia, un dominante seduce a una joven secretaria y exploran los caminos de la dominación juntos. La gran diferencia entre una relación BDSM y una abusiva es que el protagonista transmite sus peticiones en forma de orden o amenaza, en varias ocasiones diciéndola que "si no desea realizarlas pueden dejar esa relación en ese momento".
Esa clase de relación, que podría pasar por un juego de poder, no se vuelve sino un simple "o conmigo o sin mí" incondicional.
Este es un ejemplo de lo vilipendiadas e incomprendidas que estan las relaciones D/s.


Si queréis mantener una relación sana, sea en el mundo del BDSM o en la vida vainilla, recordad que independientemente de vuestro rol, ambos sois personas con sentimientos y preocupaciones. No déis por sentado nada.

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