jueves, 10 de noviembre de 2016

BDSM: Dominantes, sus responsabilidades y deberes


El rol de Dom es un rol curiosamente complicado. Mucha gente se imagina que es sólo dar órdenes sin más, pero no es del todo así.
El Dom es uno de los tres pilares del BDSM, uno de los dos roles principales de los que derivan muchos otros. Teniendo eso en cuenta hay que pensar que podéis encontrar otros subroles que os acojan mejor como el rigger, el sadista, Mentor, Top... que están más enfocados para aquellos a quienes les atraiga más la parte sexual o física de la dominación.
Ser Dom es un rol que combina prácticas y sesiones de índole sexual con sentimientos y emociones. Esto es en lo que se equivocan muchos de los que afirman ser Dominantes. No es sólo un compedio de fetiches, fantasías u órdenes. También tiene responsabilidades de cara a su sumiso.
 
Los dominantes deben tener en todo momento una serie de aptitudes para poder ser considerados como tales. Una de ellas y la que yo considero más importante, es la imaginación.
Sí, todos nosotros tenemos fantasías o nos gusta ponernos firmes cuando se trata del sexo, pero muy poca gente llega a darse cuenta de lo que de verdad se tiene que llevar a ejecutar para conseguirlo. El Dom tiene que poseer una gran imaginación para crear un escenario adecuado para realizar las prácticas y saber sortear las complicaciones que suelen surgir en una sesión. Tienes que saber qué decir y cuándo, qué hacer y cómo y, obviamente, dónde hacerlo.

Durante una sesión el dominante debe permanecer en control de la situación, de su contraparte sumisa y tener claro qué quiere hacer y que le hagan. Tiene que saber intercalar sus preferencias con las de su sumiso y querer hacer disfrutar de la misma manera que disfruta él.
Sus palabras deben ser obedecidas o castigar a su sumiso. Sus actos deben ser reflejo de ello, de forma firme y contundente.
Hay que saber cuándo es necesario un azote, cuándo ir lento y cuándo apretar el ritmo. Debes comprender la sutil diferencia entre excitación y timidez.
Por encima de todas las cosas DEBES comprender a tu sumiso. Debes saber dónde están sus límites y qué cosas puedes presionar para disfrutar más con tu pareja.

El Dom tiene su propia serie de responsabilidades para mantener el respeto de su pareja. Si bien en casi todas las relaciones varían de uno a otro, las que suelen estar en común suelen ser: Cuidar de su sumisa por encima de todo, descubrir qué le gusta y aplicarlo a tus propios gustos y encargarte de realizar cualquier práctica con seguridad y cariño, aunque incluya canning o latigazos.

El aftercare suele ser algo de lo que también tiene que ser responsable la parte Dominante. No sólo es una muestra de afecto y cariño sino también una forma de evolucionar hablando sobre qué gusta o deja de gustar. Porque asumid que no todos los gustos se mantienen durante una relación. A veces ellos cambian con la misma, y hay que tener esa evolución en cuenta si se quiere disfrutar.

Aunque se dé el caso de que tu sumiso desee cumplir todas tus órdenes y peticiones por el mero hecho de ser tú el Dom, debes darte cuenta de que esa clase de servidumbre es una forma de entrega que no es muy propicia a la hora de crecer como relación. Es más una dependencia y una búsqueda de aprobación que la auténtica forma de sumisión, donde dos personalidades deben complementarse como si fueran el taijitu: Hay una parte dominante y una sumisa, pero ambas deben tener a su vez una parte de su contrario.

El Dom debe tener su parte sumisa y viceversa.

Disfrutar como Dom es saber tener el control. De la situación y de ti mismo.

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