viernes, 21 de abril de 2017
BDSM: Mentores y protectores, roles poco recordados
A lo largo de los años que llevo conviviendo y conociendo gente de la comunidad y la escena me he dado cuenta de que uno de los subroles más necesarios son los de los protectores y los Mentores.
Su desconomiento es entendible puesto que son roles totalmente pasivos que no tienen un efecto sobre relaciones D/s.
O eso cree la gente.
Vayamos por partes. Un Mentor es un papel que adquiere una persona ya versada en el protocolo y las prácticas del BDSM de cara a alguien que se está iniciando.
Es un cargo altruista que no tiene relación alguna con intercambios o beneficios por sus consejos.
Un Mentor toma bajo su tutela a alguien que, comunmente, quiere iniciarse en el BDSM con un rol que comprenda bien. Aunque idealmente se tendería a que un Dom enseñase a alguien que quiere ser Dom, por ejemplo, no suele ser frecuente que alguien busque la ayuda de otra persona en estos asuntos, por lo que no es raro ver a Doms enseñando a sumisos.
Sin embargo hay que tener en cuenta dos cosas en estos casos: la primera es que un Dom sólo va a poder enseñar sobre el conocimiento generalizado de la comunidad Y sobre sus propios gustos. Esto es entendible puesto que a nadie le gusta todo por igual y, si bien yo podría enseñar sobre dominación, cuerdas y disciplina, no podría enseñar sobre taming o ageplay por ejemplo, aunque pueda tratarlo con la experiencia y mis conocimientos de forma general.
La segunda es que los pupilos van a ser moldeados por los gustos de otra persona. Por mucho que lo intentemos no vamos a ser imparciales y cualquier Mentor que se precie va a tener unas inclinaciones más favorables hacia algunas prácticas que otras. Esto implica que su pupilo puede llegar a adquirir su forma de ver las cosas y su disfrute por verse involucrado en ellas.
Los Mentores deben tener claro que no están para aprovecharse de sus pupilos, aunque mucha de la gente que busca a uno lo que en verdad quiere buscar es "un tipo de relación con alguien más experimentado en asuntos de la comunidad". Por eso hay que dejar constancia de las intenciones y las condiciones nada más empezar un tutelaje.
Para ser Mentor no se necesita mucho, francamente. Conocimiento, experiencia y sentido común sería algo más que básico para ello, pero también se necesita una confianza recíproca con el pupilo para que nada de lo que se diga caiga en saco roto.
Habitualmente las "clases" , por así llamarlas, suelen componerse de varias tareas para que el pupilo comprenda qué es lo que busca, cómo es consigo mismo y qué puede esperar comúnmente en la gente de este mundillo.
Tomemos el ejemplo de alguien que esté interesado en ser atado y disciplinado. Si ese fuese el caso, un Mentor primero debería informarle de ciertas prácticas involucrando cuerdas, así como de su seguridad y riesgos, de cómo reconocer a un buen atador y qué hacer en un principio.
No hay que tomarse a la ligera el papel del Mentor. Es un rol que llena de orgullo y muchos lo representan con collares o símbolos de su escuela, clan, familia o similares. Esto no se hace habitualmente como signo de "dominación" como sucedería en una relación D/s, sino como signo de pertenencia a un grupo que está bajo protección o aprendizaje.
Lo cuál nos lleva al siguiente rol: los protectores.
Por desgracia no es raro que en nuestra comunidad se hayan sufrido abusos, tanto físicos como psicológicos. El machismo, la falta de comunicación o la presión social se cobran más víctimas de las que uno se puede imaginar y el BDSM es un objetivo fácil para aquellos que quieren desahogarse sin pensar en sus parejas.
Aunque la mayoría de la gente que sufre algo semejante suele tomar la decisión de abandonar la comunidad y la escena para pasar a algo más anónimo, otras personas deciden presentar algo de iniciativa y mostrar que lo que les sucedió no es motivo para negarse algo que les gusta.
Pero cuando ha sucedido un trauma tan doloroso es difícil asegurarse de quién es decente y quién no lo es en la comunidad. Somos muchos lobos y hay más de uno podrido entre nosotros al fin y al cabo.
En estos casos está el papel del protector.
El protector es una persona, designada por el protegido, de confianza y con lazos o conocimientos sobre la comunidad y la escena local que hace de intemediario entre su protegido y posibles candidatos que considere viables para relaciones, juegos o sesiones.
Por su seguridad y salud el protector debe saber mantener una cabeza fría, ser diplomático y transigente según los deseos de su protegido y poder mostrarse inflexible cuando lo crea necesario.
Tengamos en cuenta la tendencia que existe de abusar y aprovecharse de alguien y os daréis cuenta de lo necesario que es para algunas personas el tener un protector.
La confianza que se posee entre protector y protegido tiene que ser absoluta. Por el protector para conocer los gustos y los traumas a tener en cuenta de su protegido sin juzgarle de ninguna manera y para el protegido para saber que tendrá en mente sus sentimientos y será justo con los posibles candidatos que aparezcan.
Los protectores suelen obsequiar a sus protegidos un collar sencillo, habitualmente en forma de cadena o de tira de cuero fina, que suele llevar sus iniciales en la cinta o en una placa pequeña para mostrar que están bajo protección, pero debo admitir que el desconocimiento generalizado sobre los significados de los collares es algo extendido y mucha gente lo entendería como que el protegido en realidad tiene una relación en la actualidad.
Pero esto no es del todo negativo, puesto que el llevar collar puede eliminar mucha paja del grano en cuestión de conocer gente de forma aleatoria en la escena local, un verdadero Dom siempre preguntará qué clase de relación tienes al ver que llevas un collar antes de lanzarse a conseguir lo que quiera que desee, y comprenderá que si eres protegido de alguien deberá presentarse y asegurarse de que es adecuado para ti.
Como véis, estos dos roles son meramente de apoyo y no tienen un acercamiento físico o sentimental a sus contrapartes. Aunque si bien es cierto que algunos mentores optan por una educación más "práctica" en temas del sexo, no es algo necesario. Aseguráos de que la confianza es absoluta y que os comprenderán en todo momento.
Pero si lo necesitáis, buscad a alguien que se ofrezca para enseñaros o protegeros.
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