miércoles, 2 de agosto de 2017

BDSM: ACEs y su lugar en la cultura, asexualidad en entornos BDSM



Aun a pesar de lo que muchos creen el BDSM no trata exclusivamente de sexo. Las relaciones D/s suelen trascender la práctica de las relaciones sexuales y, aunque se manifieste de forma muy notable durante los actos carnales y pecaminosos que tanto nos gustan, no es raro encontrar gente que o no se siente atraída ante la idea de las mismas o sólo se siente atraída por momentos muy específicos con personas muy específicas.

Antes me gustaría explicar una cosilla: lo que hoy en día se denomina ACE (Asexual Community España) no es sino unas siglas para definir a una persona que es asexual, lo que quiere decir es que su deseo sexual es nulo, rara vez presente o se ve sujeto a una serie de condiciones más restrictivas que aquellas personas que se consideran sexuales (denominados alosexuales). Dentro de la asexualidad existen varios tipos, como las atracciones románticas, estéticas o sensuales. Dichas siglas pertenecen a su propio colectivo, donde encontraréis talleres e información que ahondan en el movimiento asexual y su visibilización y normalización. Como es obvio, y debido a la temática del blog, os dejaré a vosotros indagar sobre ello y yo me dedicaré a lo que sé.

Bandera del movimiento asexual.

Dentro de las prácticas del BDSM no es raro encontrar muchas de ellas que no tienen relación con el sexo y sí más con la dinámica de pareja o con la dinámica de poder. En el mundo profesional muchos optan por las sesiones de dominación (especialmente en el ámbito hombre-hombre) en donde el sexo no juega papel alguno. Estas prácticas incluyen dominación/sumisión, ataduras, juegos de rol, sadismo, disciplina... un gran número de las prácticas comunes entre los que nos movemos en estos ámbitos, vamos. ¿Pero qué lo diferencia de una práctica con fines sexuales? En bastantes situaciones el estrés se ve remediado por estas prácticas. No es necesario tener sexo si únicamente disfrutas del cariño de una persona en momentos adecuados y lo mismo sucede con cosas como el spanking, por ejemplo.
También puede darse el caso de que, como dije antes, el deseo sexual sólo se vea dado cuando se dan ciertas condiciones (dícese durante algún tipo de sesión con ciertas prácticas o incluso con una persona en particular nada más). Siendo así uno debe saber adaptarse y procurar poder ofrecer la atención y el respeto que se le daría a cualquier otra persona durante la sesión, haya deseo o no.

En múltiples ocasiones, la utilización de estas prácticas por parte de alguien profesional se usa como terapia para llevar el día a día, sobre todo entre gente que tiene puestos de poder y responsabilidad y quieren que, por una vez, sea otra persona quien esté al mando. Sesiones de disciplina o tortura no son infrecuentes entre estas personas por el desahogo de dejarse llevar.
En la dinámica de pareja el ejemplo más claro que he encontrado de relaciones asexuales son aquellas que, más que la práctica en sí, lo ven como una situación de esfuerzo-recompensa. Un esfuerzo completo físicamente y una recompensa mental en la forma del aftercare con sus respectivos mimos, cariños y atenciones.
Obviamente toda la gente es distinta, y en el caso de los asexuales con gustos por el BDSM aún más. Sólo tenéis que recordar que si este es vuestro caso y queréis conocer a gente nueva, seaís Dominantes o sumisos, tendréis que estipular y concretar qué buscáis de esa otra persona para no ofender y darles la oportunidad de elegir si son capaces de ello o no.

No os voy a engañar, no es fácil ser asexual en este mundillo. El sexo mueve mucho, pero los que de verdad lo comprenden saben ver más allá de cuerpos atados, azotes y juguetes y ven a una persona. Queráis buscar dominar a alguien o ser sometidos por alguien sin tener relaciones, hay un sitio para vosotros, sólo hay que encontrarlo.


No he conocido a muchos asexuales que estuvieran interesados en el BDSM, pero el par con los que hablé me contaron que se sentían atraídos por los sentimientos que conlleva el poder entregarse a alguien que te comprende, te cuida y te tiene en cuenta, lo que no difiere demasiado de una relación convencional de D/s. Sus prácticas incluían juegos de rol, azotes y, sobre todo, cuerdas. Porque mientras para uno era una forma de obtener cariño por su esfuerzo para el otro era una forma artística de relajación y autocontemplamiento. Obviamente estos dos casos son meros ejemplos de la miríada que se pueden dar. No hay que cerrarse ante las amplias opciones que el BDSM ofrece a aquellos a los que el sexo activo no sea lo suyo.

Dentro de la comunidad (y de la sociedad en general) los asexuales no son demasiado aceptados. Principalmente por aquellos gurús sabelotodo que lo único que buscan es un cuerpo caliente y piensan más con los genitales que con la cabeza, pero esto es un pensamiento que poco a poco está cambiando. Asexual o alosexual, seréis aceptados.
Y desde aquí invito que todos aquellos que se sientan de esta forma exploren este mundillo en busca de alguien que les comprenda y acepte sus condiciones.

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