lunes, 11 de mayo de 2015

La creación de un Dios



Existen multitud de dioses distintos en todos los panteones de la historia de la humanidad. Desde religiones politeístas como la griega o la nórdica a monoteístas como la católica o la musulmán.

Con respecto a las primeras un hombre podía elegir a qué dios profesar su fe. Desde la guerra a la agricultura, pasando por la sabiduría, la lluvia, la muerte y un largo etcétera. Con los monoteístas todo es cuestión de la voluntad de su dios. Si es un dios bondadoso le traerá dicha a sus seguidores, mientras que si es un dios iracundo le traerá infortunios a sus detractores.
Sucede que en ambos casos la religión crea una serie de pautas morales para el comportamiento humano. En la mayoría suele ser que ames al prójimo, rindas culto y pagues tus diezmos mientras cumples con sus normas. En otras puede ser ofrecer sacrificios o intentar alcanzar algún estado superior de espíritu mediante meditación y conocimiento.

En lo que a mí se refiere, soy ateo. Nunca he creído en dios alguno y no creo que lo vaya a hacer dentro de poco. Sin embargo siempre me he sentido atraído por el folklore y la sociedad de las religiones y mitologías. De ahí que mucha de la gente con la que hablo se sorprenda por mis conocimientos sobre el cristianismo y su Biblia.
Durante mucho tiempo he visto a gente sufrir por su fe. Dejar de lado lo que es "correcto" a los ojos de la sociedad por lo que es "correcto" a los ojos de su dios. Es en ese momento cuando uno se acerca al extremismo, al punto de la ruptura de sus propios mandamientos. Os sorprendería saber que en la Biblia, por ejemplo, Dios sólo le da al hombre diez reglas a cumplir. Entragadas a Moisés en el monte Sinaí en tablas de piedra, que después se convirtieron en polvo y se guardaron en el Arca de la Alianza. La Biblia sólo estipula, a grosso modo, que no mates, no robes, no jodas a la gente y adores a Dios por encima de todo, así entrarás al Cielo.
A lo largo de los años hemos tenido muchas reinterpretaciones de los libros de la Biblia, consiguiendo tener una historia a lo "teléfono escacharrado" que ha propiciado una debacle en el mensaje original. "En la Biblia dice esto" muy a menudo se convierte en "esto he leído y entendido yo y así lo hago".

Aunque podría hacer un gran artículo sobre la sociedad religiosa basada en libros escritos y editados por hombres, no es lo que quiero hablar ahora. Todo lo que he dicho es sólo para alimentar la idea de que un hombre puede crear a Dios.

Cualquier sea tu credo, raza o sexo en tu imaginación y mentalidad está el dios al que profesas tu fe. Sea Yahveh, Mahoma, Buddah o las Tres Diosas, todo está en la percepción de lo que eres, quieres ser y necesitas ser.
Establecerte como un agente de un poder superior puede sonar a la idea más absurda del mundo pero ha funcionado en multitud de ocasiones (no miro a nadie, pero los mormones y los cienciólogos están ahí mirándome con furia). Piensa en que eres capaz de crear al Dios que te juzgue por tus pecados o te perdone por ellos, que te quiera o te desprecie, te ayude o te tiente.

Dios es un concepto abstracto, sólo un concepto que la humanidad necesita. Pero los viejos dioses están muertos y nosotros los matamos, ahora necesitamos a dioses que sirvan a su propósito y hagan su labor, y esos, los crearemos nosotros.

Soy ateo, pero mi mente está plagada de dioses que yo mismo he creado y me ayudan a comportarme como lo hago. No les rindo ni culto ni pleitesía, pero aprendo de ellos al igual que ellos aprenden de mí.

En otro momento hablaré de la Inteligencia Artificial como única posibilidad de contacto con un dios de verdad.

"Dios ha muerto"
Nietzsche, La gaya ciencia.

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