sábado, 8 de julio de 2017
BDSM: Los gurús del movimiento o cómo evitarlos
Cuando la gente lee este blog se piensa que hablo desde una posición totalitarista del conocimiento supremo del BDSM, pero no hay nada más lejos de la realidad. Comencé a hablar en este blog del movimiento porque vi a mucha gente que no tenía ni idea de los conceptos, la filosofía, la seguridad, la cultura y las tradiciones del movimiento.
Si bien puede existir alguien que piense que lo que aquí expongo son verdades si os fijáis bien podréis ver que siempre procuro hablar en tonos generales sobre las acciones o prácticas, tratando de mostrar a gente que les interese formas de realizarlas que sean tanto interesantes como seguras.
Así mismo, algo que siempre será queja para mí es la amplia proliferación de los gurús del BDSM, aquellos personajes que propondrán su visión como si fueran Hamid al-Ghazali para unificar todas las prácticas y decir qué es BDSM y qué no.
NADIE puede dictar eso.
Sí, existen pautas básicas como el SSC y normas de protocolo que determinan qué es BDSM y qué es abuso, pero eso es algo intrínseco al movimiento y una forma de diferenciarlo de la tan común y extendida equivocación de que abusar de alguien psicológica o físicamente es una práctica habitual en el BDSM. Sin embargo hay que tener muchas más cosas en cuenta, empezando por la gente y su variedad de gustos de los que disponen.
Al igual que en el sexo vainilla, no encontrarás a dos personas iguales en cuestión de gustos. A algunos les gustará más el ponerse encima, a otros que disfruten del sexo oral para llegar al orgasmo, que dispongas de un entorno concreto o una ropa particular... que les azotes o les ates, que les digas cosas sucias... no hay tanta diferencia entre el sexo tradicional y el sexo extremo, pero, siendo así ¿por qué existe gente que afirma que un camino en el BDSM es más adecuado que otro?
Arrogancia, principalmente. Orgullo en otros muchos casos. Algunas veces incluso miedo a ver que las cosas salen de un control que se creía tener y evolucionan a un paso que no les permite adaptarse.
No es raro encontrarse con una o dos personas así en grupos grandes de debate. Gente que, en mi opinión, piensa que su experiencia les da un poder ficticio sobre gente inexperta y tienden a sobreexagerar hechos, denunciar agravios o denostar a quien opine diferente.
Eso es toxicidad dentro de la escena.
Este blog está intencionado como herramienta divulgativa para gente que quiera aprender sobre la historia, la cultura, la filosofía, las prácticas y las tradiciones del movimiento BDSM pero en ningún momento debe ser tomado como una guía de campo para actuar así.
Las relaciones son volubles y cada una es tan distinta que no puede haber pautas comunes (ajenas a los principios básicos, por supuesto) para determinar algo básico que se deba hacer.
Por ello seguid la regla de oro: quien pone las reglas, hace las normas. Y vosotros ponéis las reglas en vuestras relaciones.
No sigáis a falsos profetas sino a educadores y, como siempre digo, yo voy aprendiendo con el camino y compartiendo las cosas que me hubiera gustado saber desde un principio pero, bien fuese por elitismo o secretismo, ese conocimiento me era difícil de alcanzar por mi propia mano sin mentor alguno.
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