martes, 20 de noviembre de 2018
BDSM: El BDSM y la religión. Una aproximación a su permisividad dentro de las religiones mayoritarias
Lo primero que quiero dejar claro es que esto es un artículo de opinión. Buena o mala le dejo al lector que lo decida.
La relación del kink con la religión es una un tanto preocupante. Aunque gran parte de sus practicantes se consideran ateos o agnósticos en alguna manera, también existen grupos dedicados a compaginar una vida religiosa con el BDSM.
¿Pero es compatible? La mayoría de las religiones, especialmente abrahamánicas (cristianismo, judaísmo e islamismo) contienen en sus libros sagrados pasajes en contra de la sodomía, el erotismo, la masturbación y demás placeres que se suelen disfrutar con tesón por parte de los miembros del BDSM. Recordemos que el mismo Dios arrasó a la humanidad cuando ésta se dió al hedonismo en Sodoma y Gomorra o los infames Levítico y Deutoronomio de la Biblia donde, en esencia, se dictaminan todas esas leyes bíblicas tan absurdas como la muerte a aquellos que lleven la ropa de dos hilos distintos o el plantar cosechas diferentes una al lado de la otra (o el apedrear a homosexuales y gente que trabaje en Sabbath, por aquello del contexto).
Esto podría asegurar a cualquier fundamentalista religioso que el BDSM no es sino un pecado ante los ojos de Dios y en muchos casos es más que suficiente para ser juzgados y condenados en estados o comunidades religiosas.
Las comunidades kink han sido, y en algunos casos siguen siendo, perseguidos por los miembros de dichas religiones que no están a favor de algunas o todas las prácticas que componen nuestra querida afición.
Actualmente la cultura occidental, en especial en la norteamericana, se han llegado a encontrar grupúsculos de cristianos practicantes que disfrutan y defienden el BDSM a capa y espada como manera de compaginar su amor por las prácticas con su amor por Dios. Mientras tanto, en el oriente, muchos de los practicantes podrían ser detenidos e imprisionados por admitir que les gusta algo no recogido en sus libros sagrados como si de un estado fascista se tratase (recordemos a los "desviados" de la España franquista, por favor). Países que tienen leyes sexuales extremistas como Arabia Saudí, Paquistán, India o Kuwait son sitios en donde el kink debe llevarse en la intimidad más secreta para evitar problemas legales, repudiajes dentro de la familia o incluso, en los peores casos, apedreamientos públicos por parte de las comunidades ofendidas. Claro está, sólo si no se realizan dentro de un matrimonio completamente aceptado por sus comunidades.
Ni qué decir tiene que la peor parte se la llevan las mujeres, habitualmente encadenadas a sus maridos desde jóvenes y que jamás podrían llegar a expresar deseos más allá de los necesarios para procrear o complacer a su marido. Como ejemplo el Islam prohibe explícitamente cualquier clase de acercamiento sexual a una mujer durante la menstruación .
No sé si lo recordáis, pero el BDSM va sobre adultos que consienten hacer lo que deseen.
Aunque la mayoría de las religiones más comunes (cristianismo, judaísmo, islamismo, budismo, hinduísmo...) promulgan el sexo exclusivamente en el matrimonio sólo hay que pasarse por foros y grupos relacionados con el mismo en sus respectivas demografías para ver que, aunque mandatorio en muchos casos, es ampliamente ignorado en tantos otros.
En religiones orientales como el budismo, aunque permitido el contacto sexual con la esposa de uno, no está bien mirado puesto que es una fuente de apegos y sufrimiento.
En otras como el hinduísmo (bajo el precepto conocido como kama), se establece que un hombre debe primero centrarse en sus deberes espirituales y luego, cuando alcance un estatus determinado, tendrá el derecho de poder centrarse en los placeres carnales. De ahí surge el famoso Kama-sutra, que no es sino un compedio de consejos y advertencias para educar a los maridos a la hora de complacer a sus esposas y mostrarles cómo encontrarlas y desposarlas. El libro no es sólo una muestra de posturas y consejos para el sexo, sino un compedio de relaciones maritales en donde hay un libro dedicado a las relaciones sexuales (una de seis si no recuerdo mal).
Aunque ninguna de ambas religiones haga referencia abierta al BDSM (porque no existía y los líderes religiosos suelen hacer oídos sordos o condenarlo como fornicación y sodomía directamente), sí que se establecen una serie de normas y leyes que seguir, principalmente que primero debes casarte si quieres tener sexo.
De manera irónica, la única "religión" que he llegado a encontrar que establezca una correlación entre sus creencias y el BDSM es el satanismo de LaVey, quienes creen que el consentimiento prima por encima de cualquier creencia divina y se puede disfrutar del placer carnal de cualquier forma que se prefiera siempre que se tenga en cuenta el factor humano en las relaciones.
También en religiones neopaganas (como la wicca, por ejemplo) se hace un gran hincapié en los ritos sexuales y sagrados, siendo estos interpretados como "el deseo o voluntad de los dioses). Los famosos aquelarres en donde se usan las energías sexuales para completar algunos ritos podrían bien ser considerados como una forma de aproximación a las prácticas del BDSM de forma religiosa. Obviamente se debe analizar cada una de sus ramas de forma acorde porque cada una mantiene sus propios ritos y restricciones.
El movimiento cultural del BDSM no es una ideología, por lo tanto, es compatible con distintas creencias tanto políticas como religiosas. Eso es algo que siempre se quedará a título personal para cada individuo decidir.
Sin embargo, es difícil compaginar la forma de vida con una creencia que, en su esencia, te desprestigia y te vuelve un enemigo por parte de sus practicantes más fundamentalistas. Por ello es algo que debe tratarse desde un punto de vista más filosófico que social.
Soy un firme partidario de uno de los lemas más viejos del movimiento a favor de la libertad sexual: "no me gusta lo que haces pero me gusta que puedas hacerlo". Esta forma de ver la sociedad en la que vivimos se puede explicar de otra forma: "mientras no hagas daño a nadie y todo el mundo esté bien, haz lo que te dé la gana".
Esto le da al individuo dos cosas: una es la libertad de hacer lo que le plazca dentro del marco del consentimiento adulto, la otra es la responsabilidad individual de compaginar sus gustos con su vida, sea su vida espiritual o su vida personal.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario