viernes, 4 de enero de 2019

La Rama del Bien y del Mal



Hace tiempo que no me permito el lujo de escribir lo que pienso en este blog. En parte porque considero que su principal función es la didáctica sobre el mundo del BDSM, o al menos eso es en lo que se ha transformado a día de hoy. Pero no siempre fue así. Al principio hablaba mucho de lo que pensaba y sucedía en el mundo. A día de hoy rechazo mucho de mis pensamientos de joven furioso contra la sociedad y, quizá por la edad, algunos de mis puntos de vista han cambiado con la experiencia y la cultura adquirida.

Es fácil perderse en la moral. ¿Qué es más decente, humano o socialmente aceptable? Gracias a las redes sociales nos hemos visto sometidos a un juicio constante de pensamiento y palabra que carece de contexto, empatía o comprensión lectora. Donde la moral subjetiva de un grupo puede arrasar la vida de una persona por un error inocente o fuera de contexto.
Y esto me ha llevado a pensar en el análisis de la dicotomía del bien y del mal del filósofo Ramsey Dukes. En él explora un concepto que, en mi opinión, se puede aplicar a diversos campos de la sociedad, especialmente al político y a los grupos autoritarios.


Mi propia interpretación diría así:
"Imaginemos que el bien y el mal son representados en una rama. Los extremos representan los parangones más idealistas de ambos conceptos. En un lado tenemos las acciones más puras y desprovistas de malicia y en el otro las más viles y reprochadas por la sociedad.
Ahora imaginemos que el bien toma la ofensiva y corta el mal de raíz. ¿Dónde está la raíz? ¿Dónde empezaría a cortar el bien? El centro de ese palo es difuso, está lleno de bultos y ramas cortadas, no hay un centro claro. Pero supongamos que todo a partir de la "mitad" de nuestro palo del bien y del mal está claramente marcado y cortamos y descartamos el trozo malo.
Nos quedaríamos sólo con lo bueno, ¿no es así? Puede ser. Sin embargo con el tiempo el mal volvería a florecer en el palo, en el otro extremo aparecerían cosas que, para nosotros, no serían atroces, pero para una sociedad donde el bien es parangón sería detestable. A partir de ahí el lado bueno empezaría a devorarse a sí mismo con repulsión. Como un sistema inmune se trataría de quitar la infección del mal volvería a tomar la decisión de cortar el mal de raíz, devolviendo un estado puro al statu quo.
Pero lo que fallan en ver es que cualquiera que se encuentre al otro extremo del parangón del bien supone alguien malvado, incluyendo aquellos que están a su mismo lado."

Pero la vida y la sociedad no es una rama. Todos los espectros se llaman así porque no se componen sólamente de dos polos sino de muchos conceptos que algunos aprueban y otros desprecian.
La política es así. La sociedad es así. La vida es así. Y cualquier persona que haya leído un libro que merezca la pena y haya vivido una cantidad suficiente de años sabrá decirte que no todo es blanco o negro, bueno o malo.
Todo esto puede ser un concepto con el que mucha gente tenga dificultades a la hora de aplicárselo a sí mismos. Esta dicotomía entre "bueno" y "malo" no suele ser percibida en una persona de a pie, todo creen que son buenos y muy pocos creen que sean malos.
Pero para eso contamos con la intencionalidad. Es la intención cuando realizamos un acto lo que determina el propósito del mismo. Y he aquí un divertido koan moderno sobre moralidad: "si para la mayoría es legítimo el robar pan para comer, ¿es legítimo estar en un supermercado y robar únicamente caviar y champán para alimentarse?".
Si tu respuesta ha sido que no lo sabes o has querido saber más información (sobre quién roba, cómo vive, qué hay en el supermercado...), bienvenido al centro gris de la rama, ahora tendrás que esperar a saber si serás cortado o te salvarás.
En este maravilloso koan podemos ejemplificar la idea de que la inteción es importante pero no lo es todo. Debemos luchar por la supervivencia en casos extremos, pero siempre existirán matices que mucha gente no entenderá o llegará a comprender, y es tu deber como individuo poder desarrollarlos de forma coherente y desprovista de tensión.

En nuestro país (me refiero a España por si lees esto desde otro) tenemos una política demasiado poralizada. No hay buenos ni malos, sino bandos retraídos en sus propias cuevas y proyectando sombras que vean los votantes. La corrupción campa a sus anchas, el tráfico de influencias, las fracturas y luchas de poder internas... y sin embargo nosotros nos encontramos en medio como si fuéramos el premio a conseguir.
La izquierda tiene tantos problemas como la derecha. Y viendo la historia es fácil saber que cuando la gente tiene problemas se cabrea, y no hay nadie mejor para administrar esa furia y desesperación que el fascismo de la extrema derecha.
Me da igual en qué lado del espectro político te encuentres. Tienes todo el derecho del mundo a hablar por ti mismo sobre los problemas que suceden en nuestra sociedad. Pero no cometas el error de caer en la demagogía que los partidos políticos, elige por ti mismo. En España hay problemas, problemas de inmigración, de corrupción, de independentismo, de economía, de política exterior, de política de igualdad... no hay leyes perfectas y, por ello, habrá gente que las aproveche para sacar rédito político o peor, que esté tan alto en su hipocresía que piense que lo son.

Siempre he sido alguien que ha creído en las libertades individuales de cada uno. Estuve en la celebración de la aprobación del matrimonio homosexual, fui a la manifestación por las víctimas del 11-M, he estado en muchas por la República y la mareas blancas, estuve en el 15-M y me ha perseguido la policia y me han dado palos por simplemente no tener la apariencia de alguien de "bien". Y sin embargo no vi mayor retroceso desde esos momentos que con las aprobaciones de las leyes Mordaza, Sindel, el canon digital... y eso es algo que te tiene que hacer reflexionar.
España es un país viejo. La gente está cansada de la misma política. Celebré que naciera Podemos porque traía un soplo de aire fresco a la caterva arcaica que había hasta ese momento con el bipartidismo. Pero al final resultó ser más de lo mismo, gente que sólo velaba por los intereses de su moralidad y que se creía estar en el "lado bueno" de la rama.

No hay mejor medicina en este mundo para la sociedad que el pensar por uno mismo, con los hechos por delante, con la crítica, con las soluciones y con el valor de reconocer los errores que uno comete y poner el bien de todos por encima del bien de unos pocos.
Hasta que eso no suceda, yo no estaré a gusto con la clase política española. Con la izquierda y la derecha. Con sus detractores y sus apoyos. Con sus leyes y restricciones. Nadie debería gobernar por encima del pueblo, sino por debajo de él para alzarlo y alcanzar cotas más altas.


"No me importa cómo me llames, lo que me importa es cómo me trates" — Anónimo esquimal hablando sobre que le llamasen esquimal tras pronunciar mal el nombre de su gente.

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